El Pucela paga no haber aprovechado su momento

Jesús Rueda pugna un balón con Óscar de Marcos durante el partido (AthleticClub)
En seis minutos el Pucela dijo adiós al trabajo de más de 60. Un tanto de Aduriz y otro de Susaeta dejan a los pucelanos sin opción de puntuar por tercera vez consecutiva 

El Pucela dominó el comienzo del partido. Los primeros 15 minutos fueron de alto nivel pucelano
Imprecisiones defensivas hicieron sufrir a los de Djukic que recibieron dos disparos al palo 
En los últimos 10 minutos, los visitantes rozaron un gol que hubiera maquillado el excesivo castigo 

Por un simple análisis de puntos, es más fácil ser mejor que tres rivales que serlo de 19. Por tanto, resulta más sencillo, en tema de puntuación, salvarse en Primera que ascender a la élite. Así, la derrota en San Mamés es eso, una única derrota. El colchón de seis de seis de los primeros dos encuentros deja un espacio para emergencias o desajustes. 

La derrota llega a la tercera jornada pero se produce de una manera desproporcionada. A través del juego, las ocasiones y el ritmo, el Pucela no es merecedor de una derrota de diferencia de dos goles. Los de Djukic empezaban el encuentro muy fuerte, dominando y buscando puerta, pero el paso de los minutos les lastraba. El Athletic resurgía y con peligro por su banda izquierda acogotaban a un equipo vallisoletano que pedía, con urgencia, el descanso. A los pucelanos les venía bien el parón para coger aire y corregir pequeños fallos, que sin ser graves, llevaban problemas evitables a la meta de Jaime. 

Mismo inicio en la segunda parte
Tras el parón obligatorio, los pucelanos volvían a ser los dueños del balón. No generaban tantas llegadas como en la primera parte pero sí que eran los dueños de un partido que durante todas sus fases, marcaba un ritmo de juego muy alto

Esta vez el balón no fue durante tantos minutos de color blanquivioleta. El Athletic se deshacía pronto de la presión inicial y con rapidez y mayor presencia en el centro del campo encerraba al Pucela en su área. El golpe de fuerza de los leones era antes de lo esperado y la sorpresa llevaba al primer tanto del encuentro. Aritz Aduriz, fiel a su estilo de marcar de marcar a sus ex, aprovechaba un balón suelto en el área para hacer el primero de la tarde. El Athletic se adelantaba en el marcador y sumía al Pucela en su peor momento del partido

Del 1-1 al 2-0 
Tras el tanto de Aduriz, llegaba la mejor opción del equipo blanquivioleta en los segundos 45 minutos. Patrick Ebert, nuevo ídolo de la afición, sorprendía a Gorka Iraizoz desde la frontal con un disparo muy seco. El portero rojiblanco sufría para evitar el empate pero se hacía con él y, de paso, desvanecía todas las posibilidades pucelanas para el resto del partido. Tras su intervención, Susaeta se sacaba de la pierna derecha un golpeo mágico al que nada podía hacer Jaime y, de paso, ponía el candado al botín de los tres puntos.

Tras el 2-0 los pucelanos recuperaron el esférico pero ya era tarde. Además, la recuperación resultaba de forma estéril porque no consiguieron superar la puerta vasca. Javi Guerra y dos acciones de Antonio Rukavina llevaron el ‘casi’ a las gradas de un estadio con afición pucelana, que se marchaba contenta con el juego del equipo. La derrota debe quedar como lo que es, un simple partido sin puntuar, y el conocimiento de las dimensiones de la categoría. En ella, el que aprovecha sus momentos se lleva los puntos. El Pucela no materializó las ocasiones en su tramo del partido, y el Athletic de Bilbao sí. En Primera nadie perdona.
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