Fernández Borbalán hace y deshace a su antojo

· Javi Guerra en una de las acciones finales del partido (RV.es) ·
En una segunda parte movida el Real Valladolid consigue el primer empate de la temporada. Óscar González y Joan Verdú goleadores de un partido marcado por el nefasto arbitraje

El cuarto tanto liguero de Óscar produce un punto de gran importancia para el Pucela
Los pucelanos no aprovecharon la superioridad numérica de toda la segunda parte
Henrique Sereno, con un mal partido, provocó inseguridad en el equipo y en la grada pucelana

Fallo contra el Pucela. Error que favorece al Real Valladolid. Seguramente el encuentro del Real Valladolid ante el Espanyol se podría resumir en los últimos 20 minutos y con el nombre del colegiado, Fernández Borbalán, como protagonista. A falta de 20 minutos para el final, el colegiado andaluz se sacaba de la chistera un inexistente penalti de Rukavina sobre Longo. La infracción señalizada no ofrecía dudas en el hecho de no existir nada punible. En esa acción, Verdú anotaba su único tanto del partido, porque el colegiado así lo decidía. En el minuto 91, el catalán marcaba el 1-2 pero era anulado.

El juez de línea, el mismo que pitaba la pena máxima, no daba validez a un tanto que sí debía haber subido al marcador. El asistente de Fernández Borbalán, mientras ‘regalaba’ un punto a los pucelanos, igualaba en errores y salvaba la cabeza de Jaime. El portero pucelano fallaba estrepitosamente en la jugada al conceder una segunda oportunidad en un disparo manso del Espanyol. Con un Jaime feliz terminaba un partido aburrido, lento y sin ocasiones que un mal arbitraje animó hasta enloquecerlo.

Sin frescura
Salvo por la expulsión de Víctor Álvarez, en el minuto 44, en la primera parte no ocurrió nada punible ni parea recordar. Ambos equipos comenzaban el partido con mucho más respeto por el rival que ilusión por la victoria. Así, las ocasiones en los primeros 45 minutos se podían contar con los dedos de una mano. Los de Pochettino solamente llegaban con disparos lejanos de Wakaso. Los pucelanos ni eso. Los extremos no llegaban al último cuarto de área y el ‘plan B’ con Manucho era insuficiente por la falta de ayudas y presencia en campo rival.

El paso de los minutos asentaba algo a los de Djukic que parecían llegar. La sensación de peligro de los últimos cinco minutos no era más que el convencimiento de las ideas pucelanas. La aparición de un Óscar desaparecido en los primeros 30 minutos y las superioridades en banda parecían dar un plus que hasta ese momento no existía y que, finalmente, tampoco se llegó a concretar en el juego.

Desaprovechada superioridad
La mínima mejora en el juego en los últimos minutos del primer acto del partido, hacía presagiar una mejor segunda parte. La superioridad que los pucelanos iban a disfrutar, durante los segundos 45 minutos, parecía ayudar para ver el encuentro con un prisma diferente. Con un futbolista más parecía que el Espanyol daría más huecos y el Pucela tendría más posesión y mayor circulación. Finalmente no ocurriría nada de eso. El plan que muchos se hicieron durante el tiempo de escueto no se llegó a cumplir porque los visitantes tiraron de oficio.

Los periquitos salieron con una idea de juego bien marcada. Un esquema que parecía cumplirse en el 70 pero que ‘Mágico’, a falta de diez minutos, y Fernández Borbalán borraron. El colegiado, gran protagonista del partido, tiene el lujo de no ser culpable del resultado. El mal encuentro realizado le llevó a dar a un equipo lo que le había quitado minutos atrás, y viceversa. El por qué es desconocido. Quizás por la famosa balanza arbitral o por el lamentable nivel del arbitraje español. Sea como fuere, el Pucela se toma una semana libre con diez puntos en su casillero. Casi un cuarto del objetivo final en siete jornadas. Con ello, se podría decir: "bendito punto".

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