Una lección de equipo para seguir creciendo

· Óscar felicita a Víctor Pérez tras el tanto del empate (Norte Castilla) ·
Un tanto de Víctor Pérez desde el punto de penalti rescata un punto que el Real Valladolid se había ganado un en buen partido ante el Valencia. Las bajas pucelanas no afectaron

► El equipo de Djukic tuvo que remar a contracorriente desde el minuto 16 con el gol del equipo ché
► Víctor Pérez materializaba un penalti sobre Omar Ramos que costaba la expulsión de Cissokho
► Carlos Peña y Alberto Bueno, las dos novedades del once inicial, fueron de los más destacados

Levante en el estadio José Zorrilla, Athletic de Bilbao en San Mamés, Atlético de Madrid en el Vicente Calderón y Málaga en La Rosaleda eran la lista de partidos ‘europeos’ del Real Valladolid hasta la visita del Valencia al estadio pucelano. En todos estos encuentros anteriores el Pucela había obtenido diferentes resultados. Desde la victoria ante los azulgranas hasta la derrota más amplia de esta temporada en La Catedral del fútbol español. Pese a los resultados de un partido o de otro, el equipo de Miroslav Djukic había mostrado siempre personalidad, capacidad y ganas de competir. Independientemente del rival, los pucelanos eran el Pucela del ascenso y lo daban todo.

Con una idea de fútbol clara y las ganas de competir intactas, un equipo de circunstancias saltaba al terreno de juego ante un equipo Champions que rotaba, pero que mostraba un gran equipo sobre el césped. Dani Parejo, Ever Banega, Fernando Gago, Andrés Guardado o Nelson Valdez eran algunos de los rivales de un Pucela que debía formar con un lateral izquierdo como central y un segundo punta como extremo diestro. Además de por el once, la debilidad pucelana se mostraba en un banquillo con dos canteranos que debía rivalizar ante un Valencia con más de 80 internacionalidades en el banco.

E-QUI-PO
Todas esas dificultades, más allá de frenar al Pucela, le hicieron crecer. Desde la preparación de la semana se conocía que el partido sería complicado y con el pitido inicial de Velasco Carballo todo se vio aumentado. El incontestable dominio inicial del equipo visitante se vio premiado con el 0-1. Un fallo en el juego aéreo del equipo local lo aprovechaba Cissokho para hacer su segundo tanto de la temporada y provocar mayor trabajo y sacrificio de los pucelanos.

Más que nunca había que trabajar y más que en ningún otro momento, los pucelanos tenían que unirse para luchar por un premio que, poco a poco, se fueron ganando. Un disparo de Alberto Bueno a la madera en el minuto 26 señalaba al Valencia que el partido no sería fácil y que si querían puntos, deberían luchar y sudar hasta el final. La ilusión del primer cuarto de hora se terminaba convirtiendo en sufrimiento para los visitantes. Un final de primera parte muy blanquivioleta hizo creer al equipo en un botín que, junto a una afición ilusionada, conseguirían llevarse por la tremenda lección de E-QUI-PO que los pucelanos dieron ante un equipo mucho más potente.

Un regusto dudoso
El final de primera parte en la que los pucelanos encerraron al Valencia en su área servía, y mucho, para el segundo acto. En los segundos 45 minutos continuó ese énfasis blanquivioleta hasta que en el minuto 62 Omar caía dentro del área. La acción del extremo canario venía precedida por una falta del autor del gol visitante, que veía la cartulina roja. El Valencia se quedaba con 10 a falta de 30 minutos y con un penalti en contra. La gran reanudación pucelana tenía un premio que Víctor Pérez no dejaba escapar.

El albaceteño conseguía su tercer tanto de la temporada y aupaba al Pucela a una posible remontada. Con un hombre más y el apoyo de una afición ilusionada los blanquivioleta se fueron a por tres puntos. La entrada de Rubén Peña otorgaba más profundidad en el costado diestro y daba una opción más en ataque que no se pudo aprovechar. Pese a los cambios, la intención pucelana y el apoyo de la afición, el premio fue tan sólo uno. Finalmente, el punto obtenido resulta bueno por el rival, las dimensiones del partido y el juego desplegado pero deja un regusto de dudosa calificación por la superioridad numérica de más de 30 minutos.

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