22 de abril de 2007. Parece que era ayer y han pasado ya, nada más y nada menos, que cinco años. Cinco años de uno de los días más felices de mi vida, uno de esos momentos que jamás olvidaré.

El día comenzaba, como era lógico, con nervios. Olía a día grande y la ciudad amanecía engalanada con banderas en los balcones y con muchas camisetas blanquivioletas por las calles. La espera se hacía insoportable por momentos. El tiempo no pasaba y parecía que el comienzo del encuentro no iba a llegar nunca.

Además, el partido no era televisado, algo incomprensible, por lo que la única forma de seguirlo en directo era a través de la radio, lo que aumentaba los nervios aún más si cabe.

Una hora antes del comienzo del partido me enfunde mi camiseta blanquivioleta y me reuní con mis amigos para vivir juntos un día grande. Tras seguir la primera parte en un bar, gritando como locos con aquel gol de Víctor, no aguantamos más y pusimos rumbo al punto más pucelanista de la ciudad, la Plaza Zorrilla. Mucha gente se encontraba allí, hablando unos con otros y, como no podía ser de otra manera, pegados a la radio con unos nervios que iban aumentando por momentos.

La plaza poco a poco se iba llenando, ya que el final del partido se acercaba. Pero por si había alguna duda, en el minuto 89 se desató la locura. Manchev marcaba un golazo de vaselina y hacía el 0-2. En ese momento salté, grité y me abracé con todos y cada uno de mis amigos. No pudimos aguantar más y tras esos abrazos, y antes de que terminara el partido, nos metimos en la fuente para celebrar ese ansiado ascenso. Fue, sin duda, uno de los momentos deportivos más felices.

Poco a poco la Plaza Zorrilla se iba llenando, al igual que la fuente, con un sentimiento pucelano que se desbordaba. Allí no había grupos de amigos ni conocidos, todos estábamos allí por lo mismo y todos nos abrazábamos y cantábamos hasta dejarnos la voz.

Tras muchas horas de fiesta, había que regresar a casa. El 22 de abril había terminado, aunque no nuestras celebraciones. Al día siguiente llegaban a Valladolid los héroes, un equipo que había batido todos los records posibles. Pero ese ya es otro día, esa ya es otra historia, otra maravillosa historia...

Artículo de @DiegoRiveraRuiz

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