Israel Marcos es de esos aficionados a los que todos tenemos envidia, sana pero envidia al fin y al cabo. Junto con unos amigos tuvo la suerte de poder vivir en primera persona todo lo que ocurrió en Tenerife con el ascenso del Real Valladolid. El aficionado del Real Valladolid recuerda para el blog cómo vivió el partido, el ascenso y pequeños detalles que aunque hayan pasado cinco años, aún perduran en su cabeza. 

Como cuenta Israel “fue un viaje estupendo”. Lo cuenta con todo lujo de detalles porque para él no han pasado cinco años. Los recuerdos siguen intactos. “Llegamos el día anterior y ya nos pusimos las camiseta del Pucela para pasearlas por la ciudad”, recuerda el aficionado antes de contar todo lo que pasó en uno de los lugares más mágicos del viaje: el hotel de concentración del equipo. “En día del partido desde primera hora fuimos al hotel a ver a los jugadores”. Entre todos, que salieron sin excepción a ver a la afición, Israel recuerda con especial cariño a Joseba Llorente porque “nos ofreció entradas o todo lo que necesitásemos”.

Tras verlos y apoyarles llegó el momento de viajar al campo para “estar con toda la afición que había llegado desde Valladolid ese día”. Antes de ello Israel quiere destacar un detalle que le “encogió el corazón”, literalmente. “Llegaron los familiares de los jugadores y entramos con ellos a la recepción del hotel. Allí, todos al unísono cantamos el ‘Cogí, cogí…’”, la experiencia que vivieron los jugadores antes de salir hacia el Heliodoro Rodríguez López fue esa y para los aficionados fue única. 

Pasmosa seguridad 

Cuando a Israel se le pregunta por qué momento tuvo claro que el equipo ascendería allí, el aficionado es tajante: “El partido lo viví con la seguridad de ascender allí por lo que había hablado con los jugadores”. El hecho de poder ver a los futbolistas en las horas previas al partido creó mucha seguridad en el aficionado que confiaba en “un bloque ambicioso que quería superar todos los récords”.

Ya con el ascenso en la mano, y antes de la fiesta, que se merece una mención especial, Israel cuenta con emoción el momento de la salida del estadio. “Les recuerdo en el autobús a todos cantando”. Los movimientos de los futbolistas en la celebración no se dieron sólo dentro del bus porque “bajaron tres o cuatro veces antes de irse para cantar con nosotros” y antes de marcharse al hotel a cenar. Hasta allí se desplazaron Israel y sus amigos para estar junto a los jugadores. 

Con toda la plantilla en la fiesta 

La libertad con la que habían montado el viaje les permitió poder ir hasta el hotel y estar con el cuerpo técnico y los jugadores en la fiesta. Fue Mendilibar y Santamaría Uzqueda los que los invitaron “después de pedirnos que por favor les dejáramos cenar tranquilos”. Eso sí, antes de entrar a bailar tocaba ponerse guapo y ahí entró Iñaki Bea: “Recuerdo que nos bajó su neceser para que nos laváramos un poco ya que nuestro olor a humanidad era importante”.

Aseados y con muchas ganas de vivir momentos inolvidables, Israel y sus amigos entraron a una fiesta en la que sorprendió que “no estuviera Dani Kome”. Ya dentro “canticos continuos, manteo al míster” y muchos más momentos inolvidables junto a lo que todos esos futbolistas que crearon un día inolvidable para una parte de la afición blanquivioleta.

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