Victoria justa, merecida y escasa en el Calderón

El Real Valladolid consigue tres puntos importantísimos en el Calderón gracias un partido maravilloso de todo el conjunto desde el primero hasta el último minuto de partido. Luis Prieto y Víctor de penalti anotaron por los blanquivioletas, lo único negativo del partido las lesiones de Óscar Sánchez y Canobbio.

Mendilibar y sus jugadores llegaron al estadio rojiblanco con la necesidad de sumar tres puntos tras encadenar cinco partidos sin conocer la victoria, finalmente el conjunto pucelano se marchó del estadio de Manzanares con tres puntos importantes pero sobre todo dejando una sensación de equipo y de juego que hacer ver que el bache ha terminado y que vamos a ver el gran Real Valladolid de Mendilibar.

Desde que Ayza Gámez pitó el comienzo del partido a las 17:00 los pucelanos fueron los dueños del partido, Álvaro Rubio, pero sobre todo Borja, se hicieron con el mando del partido, dominaron de principio a fin el juego de su equipo y también el del Atlético de Madrid. Con el mediocampo asegurado era momento de hacer que las bandas fueran las de siempre y Pedro León y Sesma no tardaron en hacer de las suyas, el muleño empezó a sacarse de las chisteras los centros a los que nos está empezando a acostumbrar y que hacen que el equipo rival teme cualquier tipo de balón parado, por su parte el canario Sesma se ofrecía en todas y cada unas de las jugadas de ataque del equipo, si el balón transcurría por la banda izquierda era el quién centraba y si era por el lado contrario realizaba continuas diagonales que le llevaban al punto de penalti, tras una jugada así el primer “huy” de la grada.
Tras el fallo del 19 blanquivioleta los mejores minutos de la primera parte del Real Valladolid porque tras esta jugada llegaron dos seguidas con muchísimo peligro, primero un remate muy forzado de Goitom se marchó alto, un minuto más tarde un pase largo de Borja era elevado en demasía por la peor pesadilla de Perea, Jonathan Sesma.
Tras esta jugada, final de los primeros 45 minutos y los pucelanos con cara de tontos, habían dominado a todo un Atlético de Madrid, en horas bajas pero con mucha historia y grandes jugadores, en su campo, un cinco estrellas, y el resultado era el mismo que al comienzo.

Tras el descanso siguió el ataque violeta, y esta vez si que tuvo recompensa, corner cerrado lanzado por Canobbio era repelido por Leo Franco, el balón tras llegar los pies de Luis Prieto se alojaba en la portería para dar una ventaja más que merecida a los jugadores vestidos de negro. Poco, muy poco duró la alegría a los visitantes y es que tres minutos más tarde Forlán enganchaba una buena bolea en el segundo palo que tras tocar en García Calvo se alojaba en la portería de un Villar que demostró porque hace poco fue nombrado el décimo mejor portero del mundo.
¿Tras el empate dominó el Atlético de Madrid? Al revés, los de Mendilibar siguieron con su monólogo y finalmente lo justo llegó, no de la forma deseada pero llegó que es lo que cuenta, absurdo penalti de Pernía a Goitom que el especialista se encargaba de marcar y de subir al marcador el resultado final.
Importantísima victoria pero sobre todo importantísima la imagen que el equipo deja en la capital de España, ¿quién dijo que el Real Valladolid de los meses de noviembre y diciembre no volvería? Yo no…

El mejor del partido; Borja: el gallego y sus seguidores, entre los que me encuentro, necesitábamos un partido así para demostrar que el ex –canterano blanco es más que válido para Primera. No hay que tener miedo al decir que el partido se movió al son que marcó Borja, increíble.

El peor del partido; Canobbio: la calidad que tiene el uruguayo en su pierna izquierda provoca que tras jugar un partido malo se permita el lujo de en una jugada aislada asistir para un gol. A pesar de la “asistencia”, sin olvidar el fallo de Leo Franco, el partido de 20 fue flojo, en la primera parte solo apareció para provocar un claro penalti que no se pitó.

La rueda de prensa: “Hemos sido superiores al Atlético de Madrid”, así de claro se mostró el preparador del Real Valladolid en la sala de prensa del Vicente Calderón, el de Zaldívar es siempre muy sensato pero ayer no se podía más que rendir a la evidencia de que su equipo había jugado un partidazo.
Mendilibar no se quiso olvidar de la afición pucelana, la cual vivió un viaje muy duro hasta llegar a Madrid, un detalle del vasco.

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