El Real Valladolid empata en los Juegos del Mediterráneo tras aguantar 77 minutos con un jugador menos por la expulsión de Nivaldo a los 13 minutos. Jacobo, que “robó” el sitio a Justo Villar, demostró las cualidades que muchas veces no se le han reconocido.

Buen planteamiento inicial el que llevó a cabo Mendilibar, Haris en el centro del campo con Álvaro Rubio para dar mayor movilidad al equipo, Nauzet y Sesma en las bandas, Canobbio como enganche y Manucho arriba. La defensa, la gran incógnita de la semana, se resolvió como se esperaba, cada jugador en su sitio y ningún desplazamiento para cubrir la baja de Marcos, Yuri haría de lateral izquierdo. La mayor sorpresa llegaba en la portería, Justo Villar seguía en el banquillo en beneficio de Jacobo. Bendita sorpresa, pensaran algunos porque la actuación del vallisoletano ha sido memorable: paradas, alguna de gran mérito, saber estar y pillería para arañar segundos le han hecho ser el primer ídolo de la temporada. Todo este planteamiento llevado a cabo por parte del cuerpo técnico se vio terminado tan sólo 13 minutos después de haber empezado, un despeje de Nivaldo rebota en Uche que intenta la contra hasta que el brasileño comete falta sobre él y Mateu Lahoz no se lo piensa y deja al Real Valladolid con 10. La rigurosa pero en un principio justa expulsión del brasileño echaba al traste todas las ilusiones y hacían que el jugador más esperanzado con este partido, Nauzet Alemán, se viera obligado a dejar el terreno de juego para dar entrada a Javier Baraja.

Ronda de cambios
Con la expulsión de Nivaldo llegó la primera sustitución, Baraja por Nauzet para reestructurar la defensa, en aquel momento coja con Álvaro Rubio en el eje de la defensa. 20 minutos más tarde Mendilibar daba entrada a Borja en el lugar de Medunjanin, el gallego debía llevar a cabo una función destructiva y de movimientos que el bosnio no sabía realizar. 36 minutos de encuentro y el Real Valladolid ya había realizado dos sustituciones dejando al angoleño Manucho como “isla” del Real Valladolid. El jugador procedente del Manchester United jugaba de medipunta con Sesma por detrás en los balones largos para buscar la velocidad del canario. El nuevo “9” del Real Valladolid se va a convertir en el Llorente de esta temporada por la cantidad de golpes, patadas, codazos… que recibe en todos los balones aéreos.
Con esta situación y con los jugadores blanquivioletas medio muertos por el cansancio y el calor se llegó al descanso de unos primeros 45 minutos en los que el Almería quería llevar el peso pero no podía, tan sólo era Crusat quién intentaba llegar hasta línea de fondo pero cuando lo hacía o Jacobo o el césped le impedían abrir el marcador.

La segunda parte del partido fue un autentico monólogo de la Unión Deportiva Almería a la portería de Jacobo salvo un tiro de Jonathan Sesma al comienzo y otro de Canobbio cuando el partido estaba terminando. El dato de 12 saques de esquinas de los rojiblancos por los dos del Real Valladolid es el verdadero signo de que los de Mendilibar ganaron un punto mientas que los de Hugo Sánchez perdieron dos.

Brillaron los nuevos
Salvo Nivaldo que por una jugada aislada no pudo disfrutar de su debut en España, el resto de jugadores que debutaron con la camiseta morada y negra rindieron a gran nivel. De los cinco el que más dudas generaba era Yuri Berchiche, el lateral del filial empezó el encuentro nervioso, acrecentado con una tarjeta amarilla, pero conforme pasaban los minutos el vasco se iba entonando para terminar siendo uno más en la defensa heroica. Nauzet que abandonó el terreno de juego a los 15 minutos dejó en ese cuarto de hora destellos de calidad y lucha que servirán de mucho esta temporada. El que en un principio es básico es Manucho, el angoleño luchó todos los balones y lo hizo de todas las maneras posibles. No sólo dejó lucha y ganas, también se pudo ver su calidad en una jugada en la que recortó con la derecha y remató con la izquierda cerca del palo de Alves. El único de los debutantes que salió del banquillo fue Héctor Font, el castellonense no quiso dejar mal a este blog y demostró las cualidades de control, desparpajo y clase a las que no referíamos en la última entrada.

Un punto pero gran imagen de un equipo que ha demostrado que las señas de identidad de Mendilibar no se pierden por muchas novedades que se produzcan dentro del club.