César Arzo Amposta llega al Real Valladolid con contrato hasta 2013, mide 186 centímetros y pesa 72 kilos. El central de Castellón llega al conjunto blanquivioleta con la intención de asentarse en un equipo tras tres cesiones consecutivas.

A nadie se le escapaba en su momento que el Real Valladolid tras las marchas de Nano y García Calvo necesitaba un central de garantías y el elegido por Roberto Olabe fue César Arzo, el joven pero a su vez experimentado central, 115 partidos en la máxima categoría y 13 de competición europea son números muy buenos para un jugador de tan sólo 23 años, fue el designado para formar grupo de centrales junto a Baraja, Luis Prieto y el también recién llegado Nivaldo, a la espera de saber si finalmente llega otro central que complete la defensa.

La carrera de Arzo comenzó en el equipo de su pueblo, el Villarreal, tras pasar por las categorías inferiores su día de gloria llegó el 23 de marzo de 2003 cuando Benito Floro le hizo debutar en Primera en el empate de su equipo en Anoeta, esa temporada disputó dos encuentros pero se percató de cómo funcionaba un vestuario de primer nivel con su continua asistencia a los entrenamientos del primer equipo.
La siguiente temporada ya pasó a ser parte oficial de la primera plantilla del submarino amarillo por lo que disputó un mayor número de partidos, en concreto 13 entre Liga, Copa del Rey y Copa de la UEFA, ese año fue muy tormentoso en Castellón con la marcha de Benito Floro y el jugador en sus propias palabras asegura que esta campaña le enseñó distintos modelos de entrenamiento y por lo tanto de comportamiento.

La temporada 2004/2005 llegó al banquillo amarillo Manuel Pellegrini y el chileno contó con Arzo como tercera o cuarta opción para el eje de la defensa por detrás de jugadores como Quique Álvarez o el ex blanquivioleta Juanma Peña, a pesar de esto disputó 25 partidos en las tres competiciones y colaboró con un tanto al segundo mejor puesto clasificatorio del Villarreal en su historia, este gol y hasta ahora único del castellonense en Primera se produjo el 10 de abril de 2005 en el empate a un tanto en casa del Deportivo de la Coruña.

La siguiente temporada será recordada por César por un día en especial, a pesar de que no entró en exceso en los planes de Pellegrini, 17 encuentros en toda la campaña, el canterano tuvo el privilegio de disputar la ida de la semifinal de la Copa de Europa en el mítico campo de Highbury. Aquel 19 de abril de 2006 a César le tocó bailar con la más fea, con el intocable delantero del Arsenal Henry y el español salió más que airoso de aquella situación a pesar de que el conjunto inglés se impuso al conjunto amarillo.
A pesar de esta noche mágica la temporada 2005/2006 no fue muy fructífera para el jugador por lo que ante la posibilidad de otra temporada igual aceptó marcharse junto a Santi Cazorla al Recreativo de Huelva, posteriormente se marchó al recién ascendido Real Murcia donde como la temporada pasada en el Recreativo probó la peor de la lecciones del fútbol, el descenso a la Segunda División española.

Ahora con un contrato por cuatro años y una existente pero improbable opción de recompra del Villarreal el jugador llega al Real Valladolid ilusionado con el proyecto, con la ciudad y con el entrenador pero sobre todo con la ilusión de jugar al fútbol y ver que su trabajo diario sirve para conseguir los objetivos de un grupo.