El premio al trabajo bien hecho

El Celta de Vigo sigue adelante en la Copa del Rey. Dejando las decisiones arbítrales a un lado, es justo decir que el equipo celeste se metió en los cuartos de final de manera merecida. El gol de Trashorras en el descuento de la eliminatoria, mete a un equipo de la Liga Adelante a dos eliminatorias de la gran final. Este éxito, porque así se debe calificar, tiene el gran culpable en Eusebio Sacristán. El entrenador vallisoletano es el reflejo de un entrenador modélico: trabajador, humilde, luchador y con una idea futbolística con la que muere, vamos, personalidad.

El preparador, natural de La Seca, llegó a Galicia en la temporada pasada. Su objetivo no era otro que remontar un poco un barco que se iba a deriva. A la ya sabida crisis deportiva se unía la económica. El descenso de la temporada anterior no había sido aún encajado, y de no ser remediado el equipo se vería en la categoría de bronce del fútbol español. Los mimbres con los que contaba el conjunto no eran los mejores, los excesos de años anteriores provocaban que los fichajes fueran a coste cero o en préstamo. Con esto el mercado se reducía mucho y las posibilidades de formar un equipo de lucha por el ascenso se esfumaban. Con todo esto, ¿Qué salidas tenía el equipo vigués? Sólo una, y es la que usó. Decidió dar la oportunidad a un buen número de integrantes del filial y rellenar la plantilla con jugadores jóvenes o veteranos con hambre de éxito. Por ello y pese a que la temporada anterior Eusebio salvó al equipo en el último momento, se continuó confiando en él porque había demostrado ser trabajador y fiel a una idea que gustaba, un estilo que pese a pasar malos momentos el seguía utilizando porque creía en el. Desde la cúpula se vio a un entrenador con personalidad que era difícil de encontrar, y a ese precio, también es importante recordarlo. Por ello no se dudó, y pese a que la situación del equipo en la clasificación no es buena, simplemente es el reflejo de la calidad grupal de la plantilla, la directiva ha acertado. La ilusión de la afición con el torneo de K.O. es brutal y ahora más que nunca confían en que con el de La Seca en el banquillo, el equipo irá cada día y cada temporada a más.

La clasificación del Celta de Vigo para cuartos del final es un premio para aquellos que confiaron en Eusebio cuando peor fueron las cosas, para aquellos futbolistas que vieron en el vallisoletano un preparador capaz de dar alegría, y en el que creían. Pero sobre todo, es un premio para el propio entrenador por mostrar personalidad, confianza en todos y por su calidad como entrenador. El magnífico Eusebio ha demostrado con esta edición de la Copa del Rey, que no sólo tenía calidad en el terreno de juego, sino también fuera de él.

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