Un Guti en blanco y violeta

José María Gutiérrez y Haris Medunjanin, Guti y Medunjanin. Tras lo acontecido, y más bien sabido, durante esta semana, se ha demostrado que el Real Valladolid cuenta en su plantilla con un jugador de las mismas características que el de Torrejón de Ardoz. Guti es un fuera de clase, un futbolista capaz de anotar un gol brillante, realizar una jugada imposible pero también capaz de lo peor, y no sólo en el terreno de juego. Son innumerables las salidas de tono del madridista, cada vez que hay un problema en el equipo merengue, el ‘14’ suele estar en el ajo. Algo parecido es lo que ha realizado esta semana el bosnio del equipo blanquivioleta Haris Medunjanin. Relatar al madrileño es hacer un calco del bosnio en los últimos días, con la única salvedad de la edad, que pese a lo que muchos piensen no es excusa.

El que era ídolo de la afición, tras sus golazos de este año, ha creado con sus recientes acontecimientos algo de tirantez y recelo en sus seguidores. El futbolista tras la derrota ante el Atlético de Madrid, decidió mirar por su bien y no por el del equipo que le dio la oportunidad de cumplir su sueño de ser internacional.
El lunes en los micrófonos de la Cadena SER (algo que por otra parte no extraña) habló sobre el cuerpo técnico y sobre Mendilibar. Sus palabras no fueron de agradecimiento, sino más bien de reproche. Afirmó sentirse contento de sus actuaciones y no se explicaba el porque de sus salidas del once. Con el Valencia el se vio bien, al igual que ante Osasuna, pero sin saber el porque salió del once. Si saberlo él, porque el resto, o al menos eso se entiende, si. Entre los dos partidos en que Haris “se vio bien” se dio un encuentro más, la visita del equipo de Mendilibar a la Romareda. En este partido el conjunto pucelano se impuso al rival, algo contrario a lo que ocurrió en la visita de los ché y de los rojillos. Ambos con el bosnio como titular y completando los 90 minutos. Las palabras no son más que el reflejo de un futbolista egoísta, un jugador con el único interés de si mismo. Algo muy característico de Guti, calidad en el terreno de juego pero egoísmo en el estilo de juego y en las formas.
Los minutos de gloria en los micrófonos no terminaron ahí. El jugador soltó la perla de “Mendilibar no habla conmigo, no me dice lo que quiere de mí”. Algo que cuando menos asombra. El entrenador de Zaldívar siempre ha tenido buena relación con la mayoría de los jugadores a los que ha dirigido. Siempre hay excepciones, está calro, pero el vasco se caracteriza por el buen trato con sus pupilos, e incluso con Haris. Pero no porque lo diga yo, sino porque el propio jugador lo dijo en el mes de julio, durante la pretemporada, en una entrevista al Norte de Castilla. El leer lo dicho hace poco más de cinco meses y lo de ahora demuestra que no es más que una rabieta, algo muy característico en jugadores díscolos, capaces de ver el problema siempre en los demás y nunca en el mismo. Lo más fácil es criticar al entrenador, y más cuando las cosas no van bien. Es algo que Guti ha hecho desde los más de 10 años que lleva como profesional y algo que el bosnio parece haber aprendido bien.

“He jugado bien”, “El entrenador no habla conmigo” son declaraciones de un jugador que está orgulloso de su trabajo, un futbolista que no tiene nada que esconder y por el que un compañero, en teoría, daría la cara. En teoría porque unas horas más tarde las miradas fueron hacia él.
Al día siguiente de haber arremetido contra el entrenador, saltó a la prensa el hecho de que el jugador y tres compañeros más, fueron multados por haber realizado una salida nocturna tras el partido ante el Atlético de Madrid. El resultado de aquel partido dolió a todos, excepto a estos cuatro jugadores entre los que está el que algún medio quiere hacer creer que es un profesional, pero que con actuaciones como las de esta semana ha demostrado ser todo lo contrario.
Haris ha mostrado su peor cara y lo único que ha conseguido es comenzar a romper un vestuario muy unido hasta la fecha y dar motivos a aquellos que rumorean sobre su mala conducta y vida desde su llegada a Valladolid. Un profesional no sólo debe meter goles y jugar bien, debe saber cual es el momento y Haris no ha acertado ni en el modo, ni en el lugar, ni en las formas, al igual que tantas y tantas veces le ha pasado a Guti.
Artículo publicado en AupaPucela.com

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