El juego limpio se entiende como el respeto entre los contendientes en un encuentro de cualquier tipo de deporte, y ayer, en el José Zorrilla con el resultado de 0-4, este no existió.

Que un entrenador con cuatro goles a favor, realice un cambio en el primer minuto de descuento es una falta de educación para la afición congregada en el campo, el equipo rival y el propio jugador. Por ello ayer Quique Sánchez Flores hizo alarde de los malos modos que le caracterizaron en Valencia y que terminaron con su despido. En el minuto 91 de encuentro sacó del terreno de juego a Raúl García para dar entrada a Cléber Santana. El gesto, muy recordado en Valladolid porque Lucas Alcaraz en la 2007/2008 hizo exactamente los mismo, dice mucho de un entrenador que carece de cariño por casi la totalidad de los que han trabajado con él.

El hacerlo el cambio en el descuento tiene un culpable. Iturralde González. ¿Cuántas veces se ha visto que un encuentro que tiene una diferencia de cuatro goles tenga un añadido de tres minutos? Mi memoria futbolística, me dice que pocas. Ninguna, quizás, pero era una buena oportunidad de humillar a un equipo que parece ser que el vasco no termina de querer, ni lo es peor, respetar.