Es nombrar a Iturralde González en el José Zorrilla y a todo el aficionado blanquivioleta le llega la misma imagen a la cabeza: el minuto 92 del partido de la vuelta de los dieciseisavos de la Copa del Rey del año 2008, entre Atlético de Madrid y Real Valladolid. El empate que reflejaba el marcador valía al equipo rojiblanco pero no al blanquivioleta. En la desesperada del equipo de Mendilibar por clasificarse, Joseba Llorente controló en el borde del área pequeña, al intentarse darse la vuelta Pablo Ibáñez le hace un claro penalti. El manchego clavó la rodilla al vasco y a su vez le colocó la mano en la espalda. El cúmulo de fuerzas terminó por desestabilizar al hoy jugador del Villarreal claramente. Para todos menos para Iturralde. Algo que extraña poco porque tres meses antes en otra visita al mismo estadio, cuando llegaba el Real Madrid, no señaló una pena máxima clarísima de Michel Salgado. La explicación puede llevar a equivoco pero las imágenes no, y las de ambas penas máximas son claras.
[Video sobre el penalti ante el Atlético de Madrid] [Vídeo sobre el penalti ante el Real Madrid]
Desde el ascenso del Real Valladolid en 2007 es ver a Iturralde salir del túnel de vestuarios del José Zorrilla y saber que tarde o temprano va a tener protagonismo. En la visita de ayer del Atlético del Madrid tuvo su ración, no podía ser menos. En el minuto 72 de partido una internada de Marquitos era cotada, sin tocar balón, por Varela. Penalti de libro pero que el bueno del colegiado decidió resolver con amarilla para el ibicenco. Algo incompresible, hasta en un árbitro del nivel de Iturralde.

Independientemente de que el Atlético fue superior al Real Valladolid y que fue más que digno merecedor de la victoria, lo justo es pitar esa infracción. De no ser así se puede afirmar que el equipo de Mendilibar fue perjudicado porque a 18 minutos del final debía de haber dispuesto de un penalti y de jugar con un jugador más hasta que terminara el encuentro.