Asier del Horno, lateral izquierdo de 183 centímetros y 72 kilos, llega al Real Valladolid cedido por el Valencia hasta final de temporada. Tras pasar los últimos 16 meses en el ostracismo más grande de la mano de Emery el vasco llega al José Zorrilla.

Es difícil o fácil, según se quiera mirar, presentar a Asier del Horno. Es fácil porque al ser un jugador tan conocido en el ámbito futbolístico sus peripecias saltan a la prensa con mayor facilidad por lo que el número de datos es muy grande. Por el contrario y difícil por el mismo motivo, ya que la trascendencia de sus actos hacen del vasco un personaje público. Y es que no hay que olvidar que el nuevo defensa del Real Valladolid ha sido internacional en diez ocasiones y a formado parte del mejor Chelsea de la época moderna.

El Real Valladolid sorprendió a todos cuando el pasado sábado hizo oficial la contratación de Asier del Horno. Todo hacía presagiar que el vizcaíno formaría parte del Deportivo de la Coruña, ya que los gallegos desde la lesión de Filipe Luis ansiaban un lateral de las condiciones de Del Horno: potente, con ambición, recorrido y gol. Las características del nuevo jugador blanquivioleta se asemejan mucho a las del brasileño coruñes, por ello Lotina pidió su contratación, pero las exigencias de Lendorio provocaron que el Real Valladolid forzará en la carrera del fichaje y se hiciera con él. El club pucelano, por fin, encontraba un compañero de puesto a Marcos, visto que Yuri Berchiche no está, aún, para formar parte directa de la primera plantilla blanquivioleta.
Del Horno, pese a ser ya un veterano tiene tan sólo 29 años, recién cumplidos. Es cierto que su dejadez en momentos determinados y su cierta tendencia a la fiesta nocturna, han hecho mella en su rendimiento, y que de no ser por estos temas extra deportivos estaríamos hablando de su paso por equipos de la talla del Chelsea como una estrella y no como una anécdota.

Asier comenzó su carrera en el Athletic de Bilbao, empezó en las categorías inferiores para conseguir hacer realidad el sueño de debutar en el primer equipo el 9 de septiembre de 2000 en Riazor. Tras el debut de la mano de Txetxu Rojo completó cinco temporadas en su equipo, en el conjunto de su infancia. Es el Athletic algo tan importante en su vida que sólo podía salir de San Mamés por una gran oferta, y esa propuesta llegó en el verano de 2005 cuando el mismísimo Jose Mourinho se plantó en Bilbao para llevarse al Chelsea al vizcaíno, el cual aceptó de inmediatez.
Su periplo en Londres será recordado más por su expulsión en el encuentro ante el Barcelona que por los 33 partidos que disputó con un equipo que volvió a arrasar en el campeonato regular. Pese a ser casi un fijo en las alineaciones ‘blues’, el jugador prefirió volver a España, y ante la predisposición del equipo londinense el jugador fichó por el Valencia. En apenas 12 meses el lateral zurdo movió casi 20 millones de euros, 12 en su pase al Chelsea y 6,5 en su retorno a España.

En la capital del Turia la suerte no le sonrió. Una mezcla de desconfianza por los entrenadores del equipo ché, pero sobre todo, una inoportuna lesión, provocaron que el jugador disputara tan sólo ocho partidos entre las tres competiciones y un año después de llegar tuviera que buscar la salida en forma de cesión. El destino no podía ser otro que su casa, el Athletic.
Segundas partes nunca son buenas, dice el refrán y en el caso de Del Horno se cumplió porque Joaquín Caparrós, entrenador del equipo rojiblanco, no confió en el jugador y decidió apostar por un desconocido y mucho más limitado técnicamente lateral como Koikili.
Un año y medio después del mal trago que supuso el no jugar en ‘su’ Athletic, Del Horno llega al Real Valladolid con el mismo objetivo con el que regresó a San Mamés: demostrar que no es un ex jugador y que sus cualidades para jugar al fútbol son inmejorables. Esperamos que esta vez se cumpla.