A palabras necias, gran escritura
El Real Valladolid ha sido tratado de forma muy injusta por los medios, y en la propia ciudad y todos sus aficionados se han sentido ofendidos, por ello, desde los distintos medios (foros, radios, periódicos…) han contestado. Unos de mejor forma que otros, por esto, y para no ponerse al mismo nivel que dichos medios, tomo como ejemplo el articulazo que el 17 de marzo publicó el Norte de Castilla firmado por Antonio G. Encinas y que se titula ‘Juego sucio’:
"Ayer, antes de salir de casa, eché un vistazo atrás, besé a las niñas y traté de contener una lágrima. «Me voy a los Anexos. No olvidéis que os quiero mucho», le dije a la familia. Estaba aún sugestionado por todo lo que había visto y leído en las últimas horas, y por lo que mostraban las ediciones digitales a primera hora de la mañana. Tal es la violencia extrema que maneja el Real Valladolid que acudir al entrenamiento se me antojaba una misión de riesgo.
No sabía si Nivaldo estaría en la puerta cercenando tibias, o si César Arzo intentaría propasarse. Quizá el belicoso Alberto Marcos llegara al entrenamiento con ganas de arrancar alguna cabeza. Esta gente es peligrosa, sólo hay que ver la paliza que le dieron al pobre Cristiano Ronaldo el otro día. Cinco faltas le hicieron. Me esperaba una jauría de salvajes, sin duda.
El caso es que cuando por fin me atreví a traspasar la puerta de los Anexos me encontré con un paisaje diferente. Delante tenía un equipo incrédulo, 'ojiplático' por los calificativos que le estaban cayendo desde los medios nacionales. Y entonces decidí rebuscar un poco en la estadística y en el encuentro. El Real Valladolid cometió 26 faltas. Muchas, desde luego. La mayor parte se dieron porque sus jugadores llegaron tarde al balón y temprano al adversario, y derribaron a un rival. No recordaba ninguna especialmente agresiva, salvo el pisotón despreciable de Nivaldo a Cristiano Ronaldo. Esa sí, desde luego. Merecía la roja.
Al tiempo, me acordé de la patética escena en la que Diego Costa trataba de llegar a cazar un balón en la línea de banda mientras pegaba el brazo doblado al cuerpo. Fue en el partido ante el Zaragoza, en el que Contini, Jarosik y compañía se despacharon a gusto con el brasileño. Costa se fue lesionado en el minuto 69, con el hombro destrozado tras recibir cuatro faltas. ¿Les parecen pocas? No se preocupen. Ante el Málaga le hicieron ¡ocho!
También recordé el marcaje que el Real Madrid le hizo a Messi en el partido del Camp Nou de la temporada pasada, en el debut de Juande Ramos. Y como tenemos un programa de estadística con muchísima más memoria que algunos sesudos analistas, resulta que el argentino recibió seis faltas de los blancos en ese partido.
¿Que el Valladolid hizo muchos faltas? Sí. ¿Que Nivaldo debió ser expulsado? Sí. ¿Que el Valladolid es un equipo violento? Rotundamente no. Hay quien recuerda interesadamente que Nivaldo fue el que agredió -pónganle comillas y tono irónico- a Fernando Llorente. Y con ese doble ejemplo hace extensiva la denominación de «equipo sucio» a todo el Real Valladolid.
La prensa deportiva madrileña, que tan mala prensa tiene entre los periodistas de a pie de toda España, se mira su dolorido ombligo y atiza sin piedad al débil. Interesa sostener el tema ahora que el archirrival puede seguir vivo en la 'Champions'. Y si entre tanto se crucifica a un club menor, como el Valladolid, tanto da. Al fin y al cabo es un equipo violento, que cometió la extraordinaria cantidad de 26 faltas y que tiene que «jugar más y pegar menos». Ya lo dijo Pellegrini. "
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