Un punto de lucha y casta
El Real Valladolid logra un punto tras pasar casi 60 minutos de partidos con un jugador menos, por expulsión de Diego Costa. Villar, con este, consigue su segundo partido consecutivo con la puerta a cero.
El segundo partido de ‘la semana’, contra el Espanyol, se afrontaba de forma muy positiva. La victoria en Riazor, había supuesto la eliminación de un lastre para el equipo, y el aumento de la autoestima de la afición en los jugadores, pero remar en inferioridad numérica durante más de una hora en complicado y, más si el jugador que es expulsado en uno de los jugadores más determinantes del equipo, sino el que más.
‘Cuando algo funciona, mejor no tocarlo’ debió pensar Onésimo cuando preparaba el encuentro ante el Espanyol, pero es imposible. Este Real Valladolid está gafado en cuento a lesiones. Una más. Esta vez el jugador más destacado del partido en Coruña, Nauzet Alemán. Su puesto en el once lo ocupaba Canobbio, el cual desplazaba a Bueno al extremo derecho, donde el madrileño volvió a mostrar que se encuentra incómodo.
Ya en el partido, el Espanyol empezó fuerte, mucho más directo e incisivo de lo que se esperaba en un principio. Sus malos números como visitante preveían un juego conservador, guardando el empate, y esperando a poder gozar de una ocasión clara. Pero no fue así. El reflejo fue que cuando no se llegaba a los 15 segundos de partido, el balón estaba en el área pucelana. Pochettino se quería vengar y repetir el antológico gol de Joseba Llorente hace dos temporadas. Mientras tanto, el Real Valladolid intentaba mover con rapidez el balón, con el objetivo de hacerse con el centro del campo, pero nada, la primer parte por parte pucelana fue para olvidar. Ninguna ocasión real de peligro.
Lo que uno, el conjunto pucelano, dejó de hacer en la primera parte, si lo hizo el otro. El Espanyol gozó de dos ocasiones claras, pero en una Villar y en otra Pérez Lasa dejaron a Osvaldo sin el tercer gol en una semana.
Diego Costa se medio expulsa
Minuto 36 de partido y el Real Valladolid se quedaba con uno menos. Diego Costa, aquel jugador que venía de Albacete con la vitola de agresivo, realizaba el primer fallo de la temporada. En una jugada en la que el balón ya no estaba en el terreno de juego pisó a Didac. Pese a ser ‘pisotón’, la acción no fue merecedora de la tarjeta roja, más que nada porque ni Pérez Lasa ni su asistente vieron la imagen. Las cámaras de televisión demuestras que el línea expulsa a Diego Costa por las quejas del lateral izquierdo catalán. Como se dice: “el que no llora no mama”. El jugador se quejó y Pérez Lasa volvió a golpear el reglamento del fútbol, el cual dice taxativamente, “se sancionara la intención”. De todas formas, jugada a un lado, hay que mirar y analizar el doble rasero que Pochettino demostró sobre el ‘fair play’. Cuando uno de sus jugadores está tendido en el terreno de juego el balón debe ser lanzado fuera, si el jugador que está en el terreno de juego es rival, la jugada se sigue. Curioso, diría yo.
Ya con la inferioridad numérica, el equipo de Onésimo intentó aguantar como fuera hasta el descanso, para que este pudiera realizar cambios y así aumentaran las posibilidades del equipo de cara a obtener los tres puntos.
Aparece el revulsivo Haris
En el descanso a Onésimo no le quedó otra solución que hacer permutas. En el descanso se fue Marquitos para dar entrada a Haris Medunjanin, el cual se colocaba de falso delantero centro. El esquema cambiaba a un 4-2-3, dejando al bosnio como referencia y a Canobbio y Bueno como ayudas por las bandas. Lo demás, quedaba sin tocar. Pero no convenció este sistema al vallisoletano, que rápidamente solicitó al angoleño Manucho su entrada al terreno de juego. Por el ‘9’ se marchaba el uruguayo Canobbio que no pudo demostrar su calidad por su bajón nivel físico, fruto de sus casi dos meses de baja.
Con Manucho como referencia el Real Valladolid gozó de las mejores ocasiones del partido, pese a que el angoleño no está en su mejor momento de forma, ni en el que todos desearíamos que estuviera, su sola presencia en el área es un peligro para el rival y un alivio para el aficionado blanquivioleta.
Pese a no conseguir los tres puntos, en la visita de un rival directo, el equipo sale reforzado por conseguir por primera vez en la temporada cuatro puntos consecutivos y dejar la portería a cero en dos encuentros.
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