Un entrenador psicólogo llamado Clemente

Cuando el Real Valladolid fichó a Javier Clemente fue porque se pensó en un entrenador que fuera más allá de los entrenamientos, porque para bien o para mal, la reparación táctica del equipo, pero sobre todo, la física, ya está hecha. Carlos Suárez quiso hacerse con un entrenador con renombre, un preparador que se echará la presión de los jugadores a las espaldas, que tuviera carácter y también, que supiera hacer un equipo de un conjunto que estaba completamente desarbolado. En resumidas cuentas, se ansiaba un preparador con aspecto psicológico. Y nadie mejor que Javier Clemente, teniendo en cuenta las limitaciones del club.

Desde que ‘el rubio de Baracaldo’ llegó a Valladolid ha mezclado horas de entrenamiento con horas de charla, casi a partes iguales. Es más, su primer partido con el Real Valladolid en Tenerife [VER CRÓNICA] lo afrontó con las mismas horas de entrenamiento que de discurso. Es obvio que el equipo está mal, por esto, se quiere convencer al equipo en general, y a los jugadores en particular, de que esto se puede sacar adelante, que pese a la complejidad del asunto hay posibilidades de mantener categoría porque esto es algo posible no imposible. Como reza el anuncio de Adidas “Impossible is nothing”. El mejor ejemplo de que con la llegada de Clemente se quería un entrenador psicólogo son dos hechos que ocurrieron en el seno del Real Valladolid la semana pasada y que tienen como protagonista al prestigioso entrenador blanquivioleta. El primero ocurrió antes del partido ante el Sevilla.[VER CRÓNICA] En el entrenamiento anterior a la disputa del partido, Clemente se quedó con Manucho a la conclusión del mismo. Estuvieron sobre el césped de los anexos durante casi 45 minutos. En este tiempo estuvo hablando con el angoleño, y tras hablar en un tono distendido se quedó con el ‘9’ blanquivioleta para disparar a puerta. El objetivo de este ejercicio no era, como muchos apuntan, enseñar al ex del Manchester a disparar a puerta. El único interés del veterano entrenador era conseguir que la autoestima del delantero, en aquel momento muy baja, consiguiera ascender con ejercicios fáciles. No sé que pasó por la cabeza del angoleño con aquella ‘clase particular’ pero, si que sé que tras este ejercicio y esta charla el jugador consiguió anotar un gol. Anotó un gol ante el Sevilla una vuelta después de hacerlo, su último tanto fue en la visita del equipo a Sánchez Pizjuán, donde se cosechó un valioso empate. [VER CRÓNICA]

Tras la enseñanza particular a uno de los fichajes estrella del verano, Clemente cumplió su segunda acto de psicólogo el pasado sábado durante la rueda de prensa semanal a los medios locales. Antes de partir hacia Málaga el entrenador contestá con seguridad a las preguntas “¿Qué te parece la preparación física del equipo? ¿Y el trabajo de Julio Hernando (preparador físico del equipo)?” Ante estas dos preguntas, Clemente contestó con rotundidad. “El encargado de la parcela física soy yo y no sé quien es ese Julio”. Clemente más que nadie en el mundo sabe que la preparación física del equipo no es, ni ha sido cosa suya. Su llegada se produjo a ocho jornadas del final de Liga, por esto, para bien o para mal la preparación tanto táctica, como sobre todo, física no ha sido culpa ni premio suyo. Pero el sabe que no gana nada con criticar al pasado ni metiendo más presión a los futbolistas. Él debe trabajar con lo que tiene y luchar contra ello con la palabra, con la demostración a los futbolistas de que tiene las cosas claras, algo básico en la situación actual del equipo. Clemente está convenciendo tanto a jugadores como a afición, por ello, todos se pregunta que hubiera pasado si el de Baracaldo hubiera venido antes...

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