Si hay un lema con historia que defina a la ciudad de Valladolid en relación con su equipo de fútbol, cualquier aficionado blanquivioleta hablará siempre de “Una ciudad entera por un equipo de Primera”. El famoso lema se creó en la época de Marcos Fernández (padre) como presidente del Real Valladolid, y se está retomando en estos días. Ahora más que nunca, o más que en los últimos años, la ciudad de Valladolid está con el equipo de fútbol de la ciudad. Son muchos los ejemplos que demuestran que el pueblo está con el fútbol, el último y más significativo es la histórica venta de entradas en la mañana de ayer. Como ya hablamos, la afición violeta adquirió más de 5.000 entradas en tan sólo cuatro horas. Algo inimaginable al principio de campaña, y sobre todo, impensable tras asuntos extradeportivos como son los expedientes a determinados futbolistas o los rumores de fiestas en ciudades cercanas a la capital vallisoletana.

Nadie imaginaba que tras la derrota ante el Villarreal [VER CRÓNICA] el equipo fuera a luchar por mantenerse en Primera. Tras aquella derrota ante el club de Joseba Llorente todos pensamos que las últimas jornadas de Liga sobrarían, que haríamos el ridículo ante el Sevilla, en Gijón…vamos, que el Real Valladolid no ganaría ningún partido más en las ocho jornadas que restaban para el final. Pero tras la derrota ante el equipo amarillo, el Real Valladolid, personalizado en Carlos Suárez, decidió tomar la decisión de traer a Javier Clemente para reflotar un barco que se asemejaba cada vez más al histórico ‘Titanic’. Un barco que antes de comenzar daba la impresión de comerse el mundo pero que con el tiempo, y las millas recorridas, hacia aguas por todos los lados. Aquel barco, llevado a película, no tenía marcha atrás, no tenía solución, pero Suárez si que vio en Javier Clemente el capitán que necesitaba un grupo con mimbres, con calidad, pero que por el mes de abril estaba a la deriva.

Este capitán del barco, ha conseguido y es el culpable de que el equipo haya remontado y haya obtenido ochos puntos de doce posibles. Es el culpable de haber conseguido que Manucho vuelva a ver puerta, que Nivaldo vuelva a demostrar el gran futbolista que es, que Diego Costa vuelva a ser el gran delantero que demostró ser al comienzo de temporada, pero sobre todo, Javier Clemente es el gran culpable de que la afición, de que la ciudad de Valladolid vuelva a creer en el famoso lema blanquivioleta “una ciudad entera por un equipo de Primera”. Porque todos creen ahora que dentro de las dificultades, el sueño de la permanencia es posible.