Un gol, un partido, ¿un descenso?

El Real Valladolid pierde en su visita al Vicente Calderón tras ser infinitamente superior al equipo colchonero hasta el minuto 41. Casi al borde del descanso un gol de Juanito mató al equipo de Clemente y espoleó al de Quique

Posiblemente el Real Valladolid firmó en el partido ante el Atlético de Madrid su descenso a la Segunda División. Era importante ganar, resultaba básico y más tras la derrota del Racing de Santander, la cual se fraguaba desde el minuto dos de partido. Pese a que los de Portugal perdían en su partido, el equipo de Clemente fue incapaz de ganar a un equipo a medio gas. El Pucela no se impuso porque no tuvo acierto porque oportunidades para llevarse los tres puntos tuvo. En la primeros 45 minutos los acercamientos del equipo ante De Gea fueron muchos, pero ya se sabe, cuando se perdona tanto…el rival te lo hace pagar. Y el Atlético de Madrid mató al Real Valladolid con una segunda parte en la que fue superior.

Gol del Sevilla en Santander. Gol del Athletic contra el Málaga. Penalti y gol a favor del Sevilla. La tarde-noche empezaba de forma espectacular. Se daban todos los resultados que se tenían que dar para que los de Clemente salieran del descenso. Tan sólo faltaba que los blanquivioletas anotaran un gol en el Vicente Calderón. Uno sólo, tan sólo uno. Se dice que los jugadores no tienen información de los partidos que se dan fuera de sus miradas, pero tras darse los goles de Toquero y el de Negredo, el Real Valladolid gozó de una oportunidad de oro,¿casualidad? Diego Costa recogía un balón en el borde izquierdo del área rojiblanca, su centro con la izquierda no era bien rematado por Manucho. El angoleño metía la cabeza entre los dos centrales sin ningún convencimiento de batir al joven cancerbero local. La poca fe del ‘9’ fue el reflejo de la fuerza con la que se produjo el remate. Blando y sin encontrar puerta.

Este ‘remate’ de Manucho no sería un único de la tarde, posteriormente el delantero gozaría de cuatro ocasiones más. Tres en la primera parte y otra en la segunda mitad, la cual tras su remate al palo terminó con el tanto de Jonathan Sesma. Las tres ocasiones de las que gozó en la primera parte fueron cada vez más claras. Sobre todas destaca la última, justo antes del gol de Juanito. Un gran pase de Pelé dejaba al angoleño escorado pero con buena opción de remate dentro del área. Su potente disparo era bien repelido por De Gea con una mano abajo que desbarataba el gol blanquivioleta. Entre las ocasiones del ex del Manchester se produjo la más clara del partido a favor del Real Valladolid. Esta ocasión fue de Borja. El gallego llegaba desde atrás a un balón que estaba franco para el disparo. Borja fue con tanta fuerza que se pasó de frenada y dejó a los 1.000 aficionados blanquivioletas congregados en el estadio rojiblanco sin gol.

Los que es cierto es que entre todas estas jugadas el Atlético de Madrid no aparecía. Los de Quique Sánchez Flores no rozaban la portería de Jacobo. Tan sólo un lanzamiento de falta inquietó al cancerbero vallisoletano. Pero todo cambió en el minuto 41. Al borde del descanso el equipo colchonero lanzaba un saque de esquina. El balón era rechazado por la defensa pucelana pero Pelé daba otra oportunidad al Atlético de Madrid, que estos no desaprovecharían. 1-0, y posiblemente el fin del partido porque tras el gol y, posteriormente, tras la reanudación, los de Clemente no aparecieron en ningún momento. El dominio visitante de la primera parte se convirtió en poder local que se transformó en mejor juego y en dos goles. Un 3-0 que fue reducido por Jonathan Sesma tras un gol fantasma de Manucho.

“El árbitro nos ha masacrado”
A Javier Clemente le salía humo tras el pitido final. El entrenador vasco pedía en la sala de prensa tres penas máximas claras y sobre todo, un fuera de juego inexistente que se pitó a Manucho cuando el angoleño se plantaba sólo ante De Gea. Muchos dirás que es triste quejarse del árbitro cuando has perdido 3-1, que es la forma de acusar al colegiado de la derrota, pero es cierto que Ayza Gámez falló, y mucho, en contra del Real Valladolid. En la primera parte Manucho cayó en el área tras una entrada de Ujfalusi. Esta pena máxima era dudosa, pero no cabe duda que pitable. En checo entra por detrás al angoleño sin tener opción de llegar al balón.

Ya en la segunda parte llegó la jugada clave del partido. Con 1-0 en el marcador Pele daba un pase al hueco. En ese espacio aparecía Manucho que salía en línea con Valera. El jugador rojiblanco rompía el fuera de juego del ‘9’ por varios metros. Es cierto que había un jugador pucelano en fuera de juego, Diego Costa, pero tan cierto como lo anterior es que el jugador brasileño no entra en la jugada porque no hace ni intención de hacerse con el balón, ni molestar a los jugadores rivales. Fallo muy grave del línea que enfadó a Clemente y que hizo recordar a la instantánea del gol anulado a Bueno en el Coliseum de Getafe. [VER IMAGEN] Posteriormente, con el 3-0 en el marcador y en los últimos minutos de partido, el Real Valladolid fue objeto de dos penaltis. Uno, el primero, que se sacó fuera del área, y otro, el que se hizo a Alberto Bueno, que pese a la idea inicial del colegiado de señalarlo se dejó impune para sorpresa de todos.

Habrá que morir, luchar por lo que queda
Es impresionante. El Real Valladolid ha tenido mil oportunidades para salvarse y las ha desaprovechado. Pese a esto aún no es matemático algo que parece ser irremediable. Pese que todo hace indicar que el Real Valladolid disputará la próxima temporada en Segunda División los jugadores deben demostrar por una vez que son profesionales, que mueren por el equipo que les paga. Deben, por honor, dar una alegría a la afición que les acompañó en el partido del Calderón, en Jerez, en Pamplona…en tantos y tantos partidos en los que los jugadores no han tenido el mínimo gesto de agradecimiento.


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