El Real Valladolid necesitaba ganar, y anotar varios goles en un amistoso antes de regresar a España. Y lo hizo. Consiguió ganar un partido y hacerlo con un marcador amplio en el partido menos esperado cuando se planeó el stage en Escocia, el encuentro ante el Celtic de Glasgow. Aunque es cierto que el equipo escocés no salió con el equipo titular, anotar seis goles a jugadores pertenecientes a un equipo histórico y del renombre del escocés es una buena noticia.

El último once en Escocia que Antonio Gómez puso en liza fue un equipo que distaba mucho del que se utilizó en la derrota ante el St. Johnstone [VER CRÓNICA]. Del once de aquel día tan sólo repetía César Arzo, y es que por algo es el jugador más utilizado de la plantilla. Con todo esto los jugadores que saltaron de inicio en la ciudad deportiva de Celtic fueron: Jacobo, Pedro López, César Arzo, Raúl Navas, Guilherme, Carlos Lázaro, Jorge Alonso, 'Navitas', Quique y Rubén Sánchez.

Pese a las novedades en el once, el partido comenzó siendo un clon de todos los que el equipo de Antonio Gómez había disputado esta pretemporada, y más si cabe en su stage en Escocia. Dominio claro del balón, juego por bandas y ocasiones, pero sin ver puerta. Esta vez quien llevaba el peso era Nauzet Alemán. El canario era un puñal por la banda, de su juego salieron las dos primeras ocasiones del equipo, la primera tras un saque de esquina y la segunda tras un disparo de la frontal. Ambas ocasiones buscaron al portero local pero este muy atento abortó ambos goles, algo que no consiguió hacer en el minuto 31. Pasada la media hora de juego, otra vez, Nauzet se escapó por banda y tras llegar a línea de fondo puso un centro medido que Quique alojaba en la portería de Cervi. El primer gol del stage de Escocia llegaba tras 530 minutos después de que Sisi anotara el gol ante la Arandina y diera la victoria al equipo de Antonio Gómez [VER CRÓNICA]. Con el gol del canterano el equipo se vino arriba a la hora de mover el balón. Y con ello consiguió anotar dos goles más. Ambos fueron obra del central Raúl Navas, y ambos a la salida de un saque de esquina. “Ya iba siendo hora” debió pensar el staff técnico al ver que tantas horas de trabajo en los entrenamientos daba resultados, porque ambos goles llegaron tras una jugada ensayada que el salmantino Jorge Alonso ponía en lance. Sin ganas de quitar mérito al equipo, ni al central sevillano, también es cierto que el portero del Celtic falló estrepitosamente en ambos goles. Con el segundo gol del central se llegó al final de la primera parte, unos primeros 45 en los que el equipo rozó la perfección.

Tras el descanso, Antonio Gómez no quiso variar mucho el equipo, tan sólo salieron del once Jacobo, Arzo, Jorge Alonso y Navitas por Fabricio, Marc Valiente, Álvaro Antón y Marquitos, respectivamente. Con estos cambios el equipo siguió a la suyo, generar ocasiones e intentar aumentar el marcador. De esta insistencia llegó el cuarto gol del partido, esta vez fue Rubén Sánchez, quien con una buena jugada personal batía al portero escocés de un gran derechazo. Con el cuarto tanto el partido entró en un momento de dureza. El equipo escocés empezó a usar el juego duro, los jugadores que el entrenador había puesto en liza veían que no podían con el equipo español y se sintieron impotentes, con el único método del juego duro para frenar el juego del equipo blanquivioleta.

Antonio Gómez al ver esto quiso dar un tiempo muerto al partido con seis permutas. En el minuto 60 de encuentro entraron Barragán, Carlos Peña, Sisi, Álvaro Rubio, Calle y Alberto Bueno. Estas permutas dieron al equipo un aire nuevo que generó nuevas ocasiones, la primera en las botas de Antonio Calle. Finalmente y para cerrar el partido el Real Valladolid anotó dos tantos más. Primero fue Jofre (había entrado en el minuto 68 por Marquitos), y después Alberto Bueno tras anotar un penalti sobre Sisi, quienes cerraron una goleada que demuestran el buen trabajo de Antonio Gómez y los suyos han realizado en los nueve días que han estado en tierras escocesas.