Un Real Valladolid con ideas claras y buen juego empate a cero en su primer partido en el stage por Escocia. Tan sólo la falta de puntería en el área rival dejó al equipo de Antonio Gómez sin marcar y conseguir su segunda victoria de la pretemporada.

El equipo español saltó ante los escasos 1.000 aficionados locales con Jacobo, Pedro López, César Arzo, Raúl Navas, Guilherme Sisi, Álvaro Rubio, Jesús Rueda, Marquitos, Quique y Javi Guerra. César Arzo regresaba al equipo tras la lesión que le ha tenido más de diez días fuera del equipo y de varios entrenamientos. El bajo estado físico del castellonense hacía que sólo disputara 30 minutos. A la media hora de juego entraba Marc Valiente para hacer pareja con Raúl Navas, único futbolista que, a la larga, disputaría los 90 minutos. Jesús Rueda era el otro jugador que por programación debía jugar el encuentro integró pero un choque con un rival le hacía salir a falta de diez minutos para el final.

El partido en sí, tanto con el once de los primeros 45 minutos como con los retoques de la segunda mitad fue un monólogo del Real Valladolid. El equipo español dominaba el balón, tenía las mejores ocasiones pero no se hacía con el primer gol, el que se dice “que abre la lata”.

Las conclusiones, de los que se trata en esta época, fueron positivas para el nuevo staff técnico. En la primera parte Antonio Gómez apreció, y ya son varias veces, que para que el Real Valladolid pueda llegar a Primera, Álvaro Rubio debe ser básico, y también que posee unas bandas, donde se quiere basar gran parte del juego, de gran calidad. Tanto Sisi como Marquitos son grandes jugadores y muy válidos para el nuevo proyecto pucelano. La última gran conclusión de los primeros 45 minutos se refiera a la punta del ataque. La doble punta que quiere utilizar el entrenador madrileño puede ser formada por Quique y Javi Guerra a la perfección. Ambos son jugadores con movilidad y con llegada al área, algo básico para el 1-4-4-2 que el equipo llevará a cabo.

Si el resumen positivo de la primera parte se basa en las bandas y en el movimiento del ataque, el del segundo periodo se puede ceñir a la conexión Nauzet-Bueno, con la inclusión esporádica de Antonio Barragán. Las continuas diagonales que Alemán realizaba le permitía contactar con Bueno y permitir a Barragán hacer lo que más le gusta, incorporarse al ataque. De esta idea salieron las dos mejores ocasiones del equipo y del partido para el equipo blanquivioleta. La primera que terminó en el lateral de la red tras un disparo de canario y la segunda tras una jugada del propio Nauzet que terminó con disparo de Alberto Bueno. Ninguna de ellas terminó en la meta del Inverness Caledonian, y no sería por falta de merecimiento. El equipo de estos segundos 45 minutos, la parte más floja en cuanto a dominio pero más cargada de ocasiones, fue el formado por Fabricio, Barragán, Marc Valiente, Raúl Navas, Carlos Peña, Nauzet Alemán, Jorge Alonso, Jesús Rueda, 'Navitas', Rubán Sánchez y Alberto Bueno.

En el minuto 73 del encuentro una internada del joven ‘Navitas’ terminó con un claro penalti que el colegido no señaló y que habría hecho justicia sobre lo visto en el Tulloch Stadium, pero ahora lo importante son las sensaciones y no los resultados, y de lo primero Antonio Gómez está lleno de buenas vibraciones porque el Real Valladolid empieza a demostrar lo que el mister quiere llevar a cabo.