Algo ha cambiado en el Real Valladolid
El día en que Carlos Suárez oficializó que se hacía con el 60% de las acciones del club blanquivioleta se sacaron muchas conclusiones. Económicas, institucionales…y deportivas. Estas últimas son las que mayor peso tienen para el aficionado y, a la larga, para cualquier estamento del club. Por ello, tras unas semanas después del cambio es momento de volver a analizar las palabras del máximo accionista y ver qué parte se ha cumplido y cuál no.

El cumplimiento de unas ideas en las que se confía es algo básico para el devenir de un equipo y Suárez esta vez parece que lo está haciendo. Aquel día se aseguró que se confiaría en un entrenador con varios años de contrato. Así fue. Escasos dos días después Miroslav Djukic era presentado por el club para las ¡¡tres próximas temporadas!!. La decisión del nuevo mister venía acompañada, a los pocos días, con más medidas al son de lo que el leonés informó en el estadio José Zorrilla el pasado 4 de julio.

Una de las frases que más cautivaron a los aficionados blanquivioleta fueron que se “confiaría”, más que nunca, en la cantera. Se esperaba una reestructuración en las categorías bases para poder formar de una forma más completa a los talentos de los anexos. Dicho cambio llegó con una presentación del nuevo organigrama y con el nuevo peso que se le otorgaba a Javier Torres Gómez, hombre de la casa, al hacerle por tres temporadas entrenador del filial.

Estos movimientos respecto a la cantera no dejan de ser palabras. Nuevos proyectos que necesitan de un tiempo para ver frutos. Para afirmar que el club va en serio se quiso dar un empujón a las jóvenes promesas con confianza en los futbolistas del primer equipo y del Promesas. El Real Valladolid, tras unas duras negociaciones, renovó casi de por vida a Óscar González. Después se oficializó la renovación de Pablo Gómez y se le dio la oportunidad de convencer a Djukic con su trabajo, algo que ya hacían desde días atrás canteranos como José Antonio Salcedo, Felipe Alfonso, Raúl Navas, Toni García, Jesús Rueda, Carlos Lázaro o Quique González.

El futuro dictaminará todo. Dirá si la apuesta de Djukic fue acertada, si los canteranos tienen nivel y tablas para competir y si Carlos Suárez ha actuado bien. Sea el futuro que sea, lo que está claro es que algo ha cambiado en el Real Valladolid y ese cambio, sin resultados, gusta mucho.