Cuando Abel Resino decidió apostar el pasado mes de mayo por el portugués Fabio Faria en el lateral zurdo, para enfrentase a la Sociedad Deportiva Huesca, muchos se llevaron las manos a la cabeza. El equipo poseía un lateral zurdo natural y no necesitaba reconvertir a otro compañero. Dicho jugador era un canterano que no había entrenado toda la temporada con el equipo y quizás fue esto lo que más paró al técnico toledano para confiar en Pablo Gómez.

Aquel día, dicho partido en El Alcoráz, frenó la ilusiones de un futbolista que ha visto recompensado su trabajo unos meses después. El Real Valladolid no le dio la oportunidad la temporada pasada en un partido pero sí que se la da ahora. El futbolista y el club han llegado a un acuerdo para que el jugador renueve una temporada más su contrato. Ahora tiene por delante una pretemporada para convencer a Miroslav Djukic y demostrar al serbio que puede acompañar a Carlos Peña en el lateral zurdo del equipo.

Pablo es un futbolista experimentado, dentro de la juventud que permite un filial. Tiene 22 años pero una larga experiencia de temporadas en el filial. El bravo futbolista convenció hace años a los dirigentes blanquivioleta que le dieron la opción de formar parte del Promesas cuando éste estaba en Segunda B. Desde aquella temporada Pablo ha crecido mucho, hasta el punto de que la temporada pasada se convirtió en una de los máximos goleadores del filial pucelano. Su fiabilidad desde los once metros, su gran toque de balón en las jugadas a balón parado y su largo recorrido le posibilitaron entrenar con el primer equipo y ganarse ahora una opción en la pretemporada.

El Real Valladolid ha confiado en Pablo Gómez y lo ha hecho cumpliendo las promesas que Carlos Suárez anunció en su día. Se confía, y mucho, en la cantera. Ahora son dichos futbolistas de la casa los que deben demostrar su valía para el equipo.