El pasado 19 de julio se hacía oficial que el Real Valladolid y el Levante llegaban a un acuerdo para el traspaso de Pedro López. El lateral derecho abandonaba el estadio José Zorrilla tras seis temporadas vistiendo la camiseta blanquivioleta.

Pese a que la marcha del valenciano suponía la perdida de un jugador emblema en el vestuario, la afición no se mostraba molesta. No lo hacía ya que el Pucela contaba en sus filas con un jugador de garantías y al que se le podía considerar como el sustituto perfecto, Antonio Barragán.

Pues bien, tras un mes sin Pedro López, su sustituto se marcha también. Antonio Barragán ha sido traspasado al Valencia esta misma mañana. El jugador, que tan buena segunda vuelta hizo la pasada temporada, cambia la lucha por el ascenso por competir en ‘Champions’.

Pocos partidos, grandes sensaciones
Antonio Barragán llegó al Real Valladolid hace dos temporadas. Firmó por tres campañas y confiaba en que su fichaje por el equipo de José Luís Mendilibar le valiese para volver a demostrar el nivel que tuvo antes de lesionarse gravemente la rodilla. En Valladolid se comenzó recelando un poco de su incorporación. Sus dolencias en la rodilla y su acción, temporadas atrás, lesionando de gravedad a Óscar Sánchez se guardaban en la memoria de una afición que ahora llora su marcha.

En dos temporadas Barragán no ha sido un fijo en los onces de los cinco entrenadores que ha tenido. En su primera campaña disputó 17 partidos y en la pasada otros 25. Pese a las cifras, su profesionalidad y entrega en todos y cada uno de los minutos en los que ha portado la camiseta blanquivioleta ha sido total y eso ha encandilado a una afición que ha visto recientemente como su equipo era maltratado y su escudo pisoteado.

Con la marcha el equipo pierde un activo importante pero lo pierde debido al potencial del futbolista. Barragán ha crecido mucho en las filas blanquivioleta pero ya se la había quedado pequeñas las miras pucelanas. En Valencia continuará su progresión y lo hará compitiendo en la mayor competición continental.