Javi Guerra rompe el guión de Lucas Alcaraz

Un gol de Javi Guerra en el último minuto de partido salva un punto muy valioso para el equipo de Djukic. El Pucela buscó el empate durante toda la segunda parte

Dicen que la venganza es un plato que debe servirse frío y el Real Valladolid así lo ha hecho en su visita al estadio de los Juegos Mediterráneos. Los de Djukic debían vengarse de Alcaraz y de sí mismos. El recuerdo de los gestos del técnico almeriense en temporadas anteriores y los dos puntos perdidos en el descuento de Vigo han obligado a los futbolistas vestidos de negro a no tirar la toalla hasta el final de un partido duro y con pocas ocasiones

Al Pucela le ha costado poder hacer el empate y no ha sido por la lucha constante del Almería, ha sido más bien por el escaso acierto de los futbolistas ofensivos del Real Valladolid. El equipo vallisoletano ha gozado de toda la posesión posible durante el partido, ha disfrutado de algo de profundidad pero no ha generado casi ninguna ocasión clara de gol. Desde el minuto cuatro, en que Víctor Pérez generaba la primera oportunidad, hasta el 92 en que conseguía empatar Javi Guerra, los de Djukic llegaron a puerta pero no intimidaron al veterano Esteban.

Mismo guión que ante el Elche
Hace una semana, cuando el equipo recibió al Elche, el juego del equipo fue de más a menos y algo muy similar ha ocurrido en el partido ante el Almería. El Pucela comenzaba mandando en el encuentro. Mucha posesión, excelente presión ofensiva del equipo blanquivioleta y profundidad por ambas bandas. El buen hacer que los de Djukic demostraban en los primeros 15 ó 20 primeros minutos se fue diluyendo a la vez que Lucas Alcaraz conseguía hacer del partido su guión y pensamiento del fútbol.

Tras el primer intento de Nauzet Alemán de hacer un gol olímpico el partido se “alcaraceó”. En torno al minuto 25 el encuentro comenzaba a tener posesiones cortas, mucho juego trabado y demasiadas interrupciones. Todo esto favorecía, como siempre, al Almería que encontró en un golpe de calidad de Corona el 1-0. Los rojiblancos no merecían la ventaja y el tanto por el juego desplegado pero sí por llevar a cabo ese estilo de fútbol que tanto le gusta y tanto suelen desplegar los equipos del entrenador granadino. Un carácter que siempre ha funcionado y que en los primeros 45 minutos también lo hacía.

El Pucela termina aprovechando el regalo del Almería
Comenzaba la segunda mitad y el Real Valladolid lo hacía aún más mandón que en los primeros 45 minutos, ¿por qué no mostró antes esta cara el Pucela? Muy sencillo, porque el Almería no le había regalado hasta ese momento la posesión del esférico al Pucela.

De esta forma, los segundos 45 minutos se convirtieron, con permiso y beneplácito del Almería y su entrenador, en un monólogo del equipo blanquivioleta. Minuto tras minuto los de Djukic acosaban el área del Almería pero sin terminar de crear peligro en la meta que defendía Esteban. Mucho juego por bandas, sobre todo por la izquierda, lugar en el que Mikel Balenziaga acampó a sus anchas y mucho juego interior buscando a un Víctor Pérez muy intermitente. Pese a que el vasco no tuvo una gran actuación, en cuanto a centros se refiere, el ex del Athletic de Bilbao asistió a Javi Guerra en el momento y minuto apropiados. A escasos segundos de que Ocón Arráiz señalara el final del partido, el ‘24’ aprovechó un robo de balón de Sisi para asistir a un Javi Guerra que vuelve a ser decisivo.

Con el tercer tanto del malagueño el Pucela obtenía un punto que había merecido en los segundos 45 minutos y que rompe de un plumazo cualquier recuerdo posible del partido de Balaídos para así encarar la revancha en Copa con la moral más alta que el Alcoyano, y eso es muy difícil en estos momentos.
Imagen de 'Norte de Castilla'

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