El Real Valladolid empata a cero en su visita a Cartagena. Los de Djukic vuelven a empatar como visitantes y llegan ya a la sexta igualada del campeonato fuera del José Zorrilla

Al Pucela se le van terminando las excusas. Siempre que el equipo empata fuera del estadio José Zorrilla –y ya van muchas- tanto entrenador como jugadores mencionan el famoso tópico futbolístico de que “un punto como visitante siempre se hace bueno si luego ganas en tu estadio”. La famosa media inglesa es el mayor argumento que maneja este actual Real Valladolid para justificar la cantidad de empates que acumula en este inicio de temporada y en la mayoría de sus salidas. Es el mejor argumento y de seguir así, será el único.

Empatar fuera y ganar como local es positivo para un conjunto con un objetivo medio o bajo pero a un club que busca el ascenso y estar siempre entre los dos primeros clasificados se le debe exigir más. Puntuar ante Huesca y Cartagena es bueno si luego se gana al Villarreal B y al Deportivo la Coruña pero tan sólo a medias. A este Pucela se le debe exigir la victoria siempre y más en los estadios de los dos últimos clasificados, dos campos en los que los de Djukic han mostrado buenas versiones pero estilos insuficientes para llevarse los tres puntos debido a carajas puntuales que han costado caro y que podían haber sido más duras de no ser por la pegada blanquivioleta

Dominio total pucelano
Es cierto que pese al empate el Real Valladolid fue el claro dominador del partido durante los 90 minutos. Los futbolistas de Miroslav Djukic dominaban el esférico de principio a final pero adolecían de profundidad en las bandas. El empecinamiento del serbio en colocar a Marquitos en banda derecha ha provocado que dos zurdos jugaran en el carril diestro y el equipo eliminara la banda derecha de su ataque.

Si a la falta de profundidad se le suma que Marquitos no es un futbolista que colabore activamente en defensa, el Pucela, además de perder la banda ofensivamente, restaba muchos credenciales en su juego defensivo. Con esto el ataque del Cartagena encontraba superioridad en su banda izquierda y el Pucela sufría. Djukic tardó en verlo y Jofre entraba a sólo 19 minutos del final. Poco tiempo para que los visitantes generaran las ocasiones claras de gol que casi no habían conseguido crear sobre la portería de Manolo Reina. También es cierto que el fútbol del extremo catalán volvía a fracasar y el ‘11’ daba un paso atrás en un momento primordial para dar un golpe sobre la mesa de la titularidad.

Manucho vuestra sus dos caras
La actuación del delantero angoleño ha sido el mejor reflejo y resumen del partido del Real Valladolid en Cartagonova. El ‘25’ comenzaba con ganas, luchando y generando ocasiones pero se diluía con el paso de los minutos. Es más, su segunda parte fue nula, recordando más a la triste versión de la temporada que firmó en su primer año en el club blanquivioleta.

Si sus primeros 45 minutos eran el reflejo de las ganas y coraje que posee esta temporada, la segunda parte fue floja. Además de que mereció la expulsión por una dura entrada, consiguió generar escasas ocasiones y llevar muy pocas veces el miedo a la grada del estadio cartaginense que sufrió todos sus movimientos en el primer tramo de partido. Con la baja actuación del referente ofensivo el Pucela tiraba por la borda las posibilidades de llegar hasta la portería rival y rozar un gol que provocaría la segunda victoria como visitantes de la temporada, hecho que se resiste pero que no evita que el Pucela siga puntuando como visitantes. Algo es algo y, sobre todo, el que no se consuela es porque no quiere. Con Antonio Gómez todo era bastante peor lejos de casa.