El extraoficial ascenso del Pucela en 2007

Los jugadores celebran la victoria tras el pitido final (El Norte de Castilla)
Cuando José Luis Mendilíbar fue preguntado en una de sus innumerables entrevistas tras el ascenso del 2007 por cuál fue el partido en que vio que el equipo terminaría ascendiendo, el hoy entrenador de Osasuna no dudó. “En la remontada ante el Polideportivo Ejido me di cuenta yo...y todos”. Las palabras de uno de los mayores artífices de aquel heroico ascenso obligan a recordar que hoy se cumplen cinco años de aquel partido. Medio lustro desde que el equipo blanquivioleta consiguió extraoficialmente lo que este año se busca, el cambio de categoría. 

Mal inicio de partido 
Para que se produzca una remontada debe existir obligatoriamente un mal momento y el Real Valladolid en Santo Domingo lo tuvo. Los primeros 60 minutos del equipo blanquivioleta, hace hoy cinco años, fueron desastrosos. Dos goles en contra, mal juego y escasas ocasiones de gol. Tan mal fue la primera hora de partido del equipo de José Luis Mendilíbar que Alberto, portero aquel día, recibió dos tantos que se sumaron a los solamente 17 goles que el equipo había recibido en las 24 jornadas anteriores. 

Con el inicio pucelano Mendilíbar no tuvo otra opción que tirar de banquillo y gastar los tres cambios en el mismo minuto, el 60. Cuando restaba media hora para el final del encuentro Chema, Baraja y Capdevila sustituían a Sisi, García Calvo y Asier Arranz. El tripe cambio fue milagroso porque tras él los violetas se pusieron manos a la obra y se hicieron con el control del esférico, dueño de las ocasiones y autor de los goles, y qué goles. 

Antológico tanto de Álvaro Rubio 
Para que un doblete de Víctor quedara en el olvido el otro gol de la remontada debe ser increíble, y así lo fue. Lo de Álvaro Rubio aquel día no fue un gol, fue una obra de arte. Su golpe desde más de 35 metros se coló por la escuadra de un Kike que no pudo más que mirar la parábola del golpeo. Más allá de la belleza del 2-1, queda marcado que su gol fue el que abrió el camino para una remontada que significaba un ascenso y explicaba el porqué de que muchas casas de apuestas hubiera retirado ya al equipo blanquivioleta de las combinaciones. 

Por muchos años que pasen el gol de Álvaro nunca se podrá olvidar. Su golpeo fue magnífico, sencillamente espectacular, único. “Sabíamos que tenía buen golpeo de balón, pero vaya forma de demostrarlo”, las palabras de Sergio Sánchez, comentarista de Canal Plus, relejaron aquel día el sentimiento de todos los aficionados del Real Valladolid que veían premiado el trabajo de toda la temporada del alma de aquel equipo. La referencia del juego que Mendilíbar había impuesto desde su llegada. 

El árbitro de moda 
Si el Pucela consiguió llevarse los tres puntos fue por un penalti que Arano cometió sobre Vladimir Manchev en el minuto 90. La pena máxima, clara por otra parte, fue señalada por el colegiado del partido, el hoy conocido Antonio Miguel Mateu Lahoz. Aquel año el valenciano vivía su penúltima temporada en la Liga adelante para después ascender a Primera división y recibir halagos y críticas, ambas en la misma proporción, por su diferente manera de aplicar el reglamento

Jugadores que participaron en aquella mañana de domingo:
Alberto; Pedro López, Rafa López, García Calvo (Javier Baraja 60’), Alberto Marcos; Álvaro Rubio, Borja Fernández; Sisinio González (Chema 60’), Víctor M. Fernández, Asier Arranz (José Luis Capdevila 60’) y Vladimir Manchev.

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