Tras 10 partidos de Mikel Balenziaga en el lateral derecho se puede asegurar que el Miroslav Djukic ha encontrado su ‘2’. El vasco ha mejorado su juego ofensivo y se muestra seguro

Cuando el 12 de noviembre Miroslav Djukic apostó por Mikel Balenziaga en el lateral derecho del Real Valladolid muchos eran escépticos a la idea. El buen hacer de Tekio en partidos anteriores y la marca de Antonio Barragán en el carril del ‘2’ resultaban mucho peso para un jugador de perfil zurdo. Pese a todo Djukic confió en él. Lo hizo amparándose en el trabajo diario del ex del Numancia y en la labor que Joaquín Caparrós hizo sobre el vasco la temporada pasada al utilizarle en todos los entrenamientos como lateral diestro.

Con el cambio Djukic buscaba darle mayor seguridad a la defensa, sabiendo que desguarnecía el juego ofensivo y de bandas del equipo. En El Alcoraz ya se vio que al futbolista le costaba doblar al extremo y llegar a línea de fondo. Pese a este punto el primer examen fue aprobado. El partido de Huesca estaba para tomar sensaciones y estas fueron positivas.

Mejora partido tras partido

Uno de las mayores razones que hicieron salir contento a Djukic y su equipo técnico de Huesca fue ver, una vez más, la capacidad de trabajo y sacrificio de este Real Valladolid. El técnico se dio cuenta en este partido que Balenziaga sería por muchos partidos su lateral derecho. El serbio fue consciente aquel día que con el ‘24’ en el carril diestro el Pucela mejoraría día tras día, y así ha sido.

Tras diez partidos en los que el Real Valladolid ha jugado con Mikel Balenziaga en el lateral derecho las buenas sensaciones de los primeros encuentros se han visto reflejadas en magníficos datos. Con el vasco de ‘2’ y el retorno de Peña al ‘3’ el equipo no ha perdido, obteniendo cinco victorias y cinco empates. Las cifras van más allá y demuestran una gran seguridad defensiva del equipo al haber recibido tan sólo siete goles y haber conseguido dejar la puerta a cero en cinco de los diez partidos que han transcurrido desde aquel partido en El Alcoraz, el estadio del cambio de la defensa pucelana.
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