Por el minuto, por la forma y por lo que significa. El tanto de Óscar González en el minuto 92 es mucho más que dos puntos. El estallido de júbilo que significó para todos el noveno tanto en Liga del charro puede, y será, más que una victoria a medio/largo plazo. En el aspecto personal, lo de Óscar no es más que la nueva demostración de su nivel, relevancia e importancia en el equipo y en la categoría. 

Estuvo poco más de 20 minutos en el terreno de juego pero fueron suficientes para ver sus cualidades y su desparpajo, los cuales pueden resultar determinantes para este tramo final del campeonato saliendo desde el banquillo. En el tramo que jugó ante Las Palmas estuvo activo, incisivo y muy trabajador. Todo esto le valió para ser determinante en la consecución de los tres puntos. 

Regate sobre un rival, carrera, emparejamiento con otro rival, regate hacia dentro y golpeo con la pierna mala. Esta sucesión de hechos fue la que hizo al extremo canario en el primer gol del Real Valladolid. Un gol de genio, un tanto de un jugador único en la categoría que golpea la puerta de la máxima categoría.