El sábado cuando terminó el partido del Real Valladolid las redes sociales eran un hervidero de comentarios y había dos versiones. La primera de ellas era la de aquellos que daban por muerto al Real Valladolid y catalogaban de “imposible” el ascenso directo del equipo pucelano. Por otro lado, estaban los que sacaban del partido buenas conclusiones por el juego del Real Valladolid y se mostraban resignados por el resultado, pero con esperanza para el futuro del equipo. 

De entre esos dos grupos yo me encuentro en el segundo. Estoy en él por convicción en el equipo. El primer punto que me lleva a creer ciegamente en el equipo son las 23 primeras jornadas de campeonato. Me niego a pensar que ese equipo que consiguió enamorar a propios y rivales, sea un equipo sin posibilidades. El Pucela tiene posibilidades y las tiene viendo el calendario. De los 15 partidos que restan de liga regular ocho son en casa y de esos 24 puntos no pueden volar ninguno. Consiguiendo esas ocho victorias el equipo se aseguraría el play-off al 100% y rascaría de la diferencia que hoy por hoy tiene con el Celta de Vigo y el Deportivo de la Coruña. 

El peso de las derrotas 

Johan Cruyff decía que “a un futbolista no le pesan los minutos, le pesan las derrotas”. La frase del histórico entrenador holandés se puede aplicar muy bien al Real Valladolid. Personalmente no veo un bache físico en la plantilla, aprecio desgaste mental. Las últimas tres derrotas en cuatro partidos son un lastre que el equipo debe eliminar pronto. En el Martínez Valero habrá una gran oportunidad para olvidar los últimos malos resultados, pero no la mejor. 

Después de visitar al equipo de Pepe Bordalás el Pucela tendrá dos partidos consecutivos muy importantes. Ante Almería y Numancia el Real Valladolid tendrá una oportunidad inmejorable de olvidar este bache de resultados y hacerlo con su gente, su afición. Mucho se habló durante la semana pasada de una promoción del club para llenar el campo. Pues bien, ante estos dos equipos el equipo se juega el 40% de la temporada y club deberá facilitar la entrada para todos. Es cierto que el horario en Soria no es bueno, pero el club debe facilitar que la afición blanquivioleta llene el estadio de Los Pajatiros como la del Celta de Vigo llenó las gradas del José Zorrilla el pasado sábado. Ganando esos dos partidos el ascenso estará más cerca, mucho más cercano porque, entre otras muchas, el bache de resultados será historia. 

Mismo juego sin el canalizador 

Con dos victorias seguidas todos se olvidarían de la crisis de resultados del equipo. Lo harían y lo conseguirían gracias a que prevalecería el estilo del equipo, un fútbol fiable y seguro. Ante el Celta de Vigo el equipo perdió, sí, pero lo hizo con sus señas de identidad. En los 90 minutos de partidos los de Djukic desplegaron el juego que saben. No salió todo lo bien que el míster hubiera querido pero es importante que los jugadores crean a lo que juegan y que lo hagan a las duras y a las maduras. Y ante el Celta fue así. 

Es más, el sábado se apreció el Pucela que todos conocemos y con una baja muy sensible. La ausencia de Óscar González se notó mucho, al igual que se apreció ante el Girona o el Real Murcia. El ‘10’ es el canalizador el juego blanquivioleta y su presencia se hace obligada. Esta semana regresa y el equipo lo necesita como agua de mayo. Pese a que sin él se ha jugado buenos ratos de fútbol, su regreso será una de las mejores noticias de la temporada y un motivo más para creer en el Pucela para las 15 próximas jornadas. 

La lesión de Óscar produjo mucho miedo en los primeros días, algo que se vio aumentado con los dos primeros partidos sin él. Ante Girona y Real Murcia sus sustitutos no dieron con la tecla pero ante el Celta de Vigo algo más. Frente a los de Paco Herrera Alberto Bueno jugó un grandísimo partido. Con los magníficos 70 minutos del madrileño el Pucela realiza un ‘fichaje’ de importancia y nivel. Junto al ‘15’ se pueden considerar también nuevas incorporaciones la disputa de minutos de Álvaro Rubio y Jorge Alonso. Ambos han empezado a gozar de oportunidades en los últimos encuentros y ya se reincorporan a la disciplina violeta. 

Sisi espera la dupla 

Si en el centro del campo el Real Valladolid ha recuperado a Rubio y Alonso hace dos semanas que consiguió recuperar a Sisinio González. El albaceteño sufió una lesión ante el Alcorcón que le dejó en el dique seco unas semanas. Tras la lesión de hombre volvió pero lo hizo sin coincidir con Óscar González. Cuando él se recupero el charro cayó. 

‘Los González’ son un dupla que se entiende a las mil maravillas y cuando Óscar vuelva al once se reencontrará con un Sisi en forma que ya tiene olvidada la lesión que le dejó fuera tres semanas. El regreso de uno, Óscar, para coincidir con un Sisi bien físicamente es más que un motivo para creer en el Pucela, es una razón para ver cómo los rivales temen a los blanquivioleta, un equipo que en el mes de junio será de Primera. 

Quizás para algunos estas razones no son suficientes para seguir creyendo en el Pucela pero para mí sí. Es más, estoy convencido que si todos aquellos que ya no confían en el equipo hubieran visto por una mirilla el vestuario pucelano tras el partido estarían tan convencidos como yo en el ascenso. Tras el encuentro el vestuario blanquivioleta eran un grupo de personas apoyándose y animándose, no un grupo que se recriminaban acciones. No hay que olvidar que este equipo está “jodidamente unido” y que en los malos momentos, como es el actual, sacará la raza que tiene, que es mucha, para volver a la élite del fútbol español.