No todo lo ocurrido en Mondariz ha sido positivo. Los entrenamientos en A Lagoa y los encuentros en tierras portuguesas dejan detalles e ideas que pulir y trabajar. Ninguno de estos puntos es negativo para la temporada pero sí para el arranque liguero del próximo lunes en Zaragoza. Como todas las pretemporadas, la organización de la preparación ha sido uno de los puntos más criticados de la parte más importante dentro de la preparación pucelana.

- División clara del equipo: En Luarca se confirmó la idea que apareció en el amistoso ante el Promesas: Djukic había dividió al Real Valladolid en dos. El técnico serbio, en palabras de su segundo, confesaba que hacía esta división por la necesidad de “competir desde el primer día”. La obligación deportiva que detectó el staff técnico ante la ausencia de fichajes ha tenido una connotación interna de gran calado.

La división de dos onces durante toda la pretemporada ha sido un palo muy duro para el ambiente del equipo. Los jugadores no lo han visto bien y muchos así lo han mostrado. Pese a que la división sea positiva para los resultados del equipo, muchos jugadores han vivido el día a día del stage en Mondariz con mala cara y escasa motivación. Solamente el tiempo y el paso de las jornadas dictaminarán si la división entre 'titulares' y 'suplentes y canteranos' fue una buena decisión.

- Los kilómetros para disputar partidos: Viaje a Luarca (384 km) y regreso a Valladolid (384 km). Viaje a Mondariz (417 km) y salida hasta Aveiro (226 km), con regreso a la localidad gallega (226 km). Tres días después viaje a Paços de Ferreira (153 km) antes de regresar al Balneario (153 km) y esperar al último viaje a Vila do Conde (149 km).

Un total de más de 2.000 kilómetros que han pesado en las piernas de los jugadores. Una vez más la tardanza en diseñar la pretemporada ha dañado al Real Valladolid. Los de Djukic llegaban a los encuentros con muchos kilómetros en las piernas y con poco tiempo para poder estirarlas. De esta forma, el bajón de algunos jugadores en los últimos minutos de partido era evidente.

- La ausencia de fichajes: A tan sólo unos días del comienzo de Liga, cualquier entrenador desea llegar con la mayor parte de los futbolistas que tendrá a lo largo de la temporada. Para Djukic no ha sido así. El técnico serbio llegaba a la estancia de Portugal con varios jugadores del Promesas con los que se sabe que más tarde no se va a contar.

El cuerpo técnico ha mostrado su malestar por esta situación en algunas ocasiones. Pese a no hablar todo lo claro que en muchos momentos parecía, los preparadores pucelanos deseaban la llegada de futbolistas, que en el mayor de los casos no han llegado. Tan sólo el fichaje de Omar Ramos tapó un poco las ganas de Djukic y los suyos de tener una plantilla completa para el debut en Zaragoza.

- El ridículo de Paços de Ferreira: Pese a que todos son conscientes de que el Real Valladolid que disputó aquel partido no será el que salte al debut de La Romareda, la imagen fue mala. Los futbolistas de Djukic perdieron 4-0 ante un equipo de nivel medio de Portugal y el varapalo fue muy grande. La división de equipos tocó fondo en este encuentro y demostró que quizás hay varios jugadores del filial que no están capacitados para competir con el primer equipo en estos momentos.

- Los campos vacíos de los partidos: En los tres partidos de tierras portuguesas, el ambiente que ha rodeado al Real Valladolid ha sido lamentable. En ningún estadio se ha superado los 1.000 espectadores y el ambiente de las gradas ha sido desmotivador para todos los jugadores pucelanos.

Artículo enlazado con "Lo 'BUENO' de la concentración de Mondariz en 2012" 

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