Óscar en el momento del gol de la victoria en La Romareda (RealValladolid.es)

Un gol del ‘10’ del Real Valladolid al borde del descanso otorga los tres primeros puntos al Pucela. Víctor Pérez marraba la sentencia, desde el penalti, en minuto 67 

► La primera parte blanquivioleta fue de menos a más, llegando a dominar el partido y al rival 

► El tanto de Óscar González llegó en un minuto psicológico y evitando la reacción maña 

► Salvo por jugadas individuales, el Pucela tuvo el partido controlado y no lo vio peligrar 

Por goles, asistencias y juego, Óscar González fue, la pasada campaña, el mejor jugador de la ‘Liga adelante’. El charro guiaba al Real Valladolid para el soñado ascenso, y en el regreso a Primera no podía ser menos. Una jugada suya lleva los tres primeros puntos a las vitrinas pucelanas y la primera alegría a los aficionados blanquivioleta. 

Los tímidos pitos de la afición blanquilla crecieron el autoestima del ‘10’ que, con el paso de los minutos, se convertía en el canalizador de juego del Pucela y en el ‘mago’ del partido. Al equipo de Djukic le costaba entrar en el juego pero, para eso, estaba él. En los primeros instantes, el equipo de Jiménez era el dueño. El Pucela sufría sin balón y no conseguía ser el equipo de posesión y profundidad por las bandas. Cuando los vallisoletanos robaron el esférico al triple pivote maño, todo se puso blanquivioleta. Óscar se hacía el dueño, Víctor Pérez pisaba área rival, Álvaro Rubio construía juego y la banda derecha pucelana destruía la defensa zaragocista. Así aparecía el Real Valladolid del ascenso; el Pucela de Miroslav Djukic. 

Sin posible reacción 

El mejor momento de juego pucelano llegaba al borde del descanso. Romaric adolecía de sus problemas físicos y los visitantes se beneficiaban. Con Víctor Pérez en el terreno de juego liberado por el africano, comenzaba la jugada del gol. La apertura para Omar y el centro del tinerfeño resultaban vitales para el primer tanto de la victoria. 

El momento del gol se calificada como vital porque, tras él, llegaba el descanso. La posible reacción del Real Zaragoza quedaba abortada por el pitido final de Hernández Hernández. Llegaba el descanso y así la primera alegría blanquivioleta. En los primeros 45 minutos del regreso los de Djukic demostraban a toda España que se puede jugar cómo lo hacen y que el salto de categoría es asumible. Primer paso para una larga y dura temporada y primera zancada para los tres puntos, pese a restar 45 minutos más.

Control y seguridad sobre el partido 

Se esperaba, resultaba lógico. La salida de Romaric del campo y el comienzo enérgico de los locales entraba en cualquier plan del cuerpo técnico pucelano. Manolo Jiménez arengaba a sus jugadores en el descanso y éstos saltaban con ganas de un empate tempranero. Los pucelanos conocían la táctica maña y planteaban un comienzo expectante y un ataque preventivo. Finalmente la segunda opción no hacía falta porque los de Djukic no vieron peligrar los tres puntos. 

Solamente en acciones esporádicas y lejanas de los delanteros zaragocistas podía haber llegado un empate sobre un marcador que Víctor Pérez, por su parte, podía haber ampliado. El albaceteño marraba una pena máxima y dejaba escapar la sentencia pucelana. Tras el penalti, tocaba sufrimiento y dolor para los vallisoletanos. Los signos de una temporada en la élite aparecieron desde el primer momento, pero sin sorprender. Este Real Valladolid ascendía con sufrimiento, pero lo hacía, y así ganaba en La Romareda. También es cierto que este Pucela retornaba a la élite con Óscar González, y con ‘Mágico’ ha demostrado que está en la élite por merecimiento, y por él.

Twittear