Pese al empate a cero que Real Valladolid y Beira-Mar firmaron en el estadio Municipal de Aveiro, el encuentro dejó muchos detalles y buenas sensaciones en el bando blanquivioleta. Dos equipos completamente diferentes se repartieron los minutos. El grupo más rodado firmó 60 minutos, mientras que el formado por un gran número de canteranos disputó solamente la última media hora de partido. 

Jaime Jiménez: No tuvo ningún problema bajo palos. Beira-Mar llegó poco en los primeros 45 minutos y el portero pucelano tuvo pocas dificultades. No tuvo que intervenir en acciones de golpeos, simplemente estar concentrado para evitar llegadas lusas con balones a la espalda de los centrales.

Antonio Rukavina: Algo más espeso que en Luarca. La idea de juego era la misma que ante el Sporting de Gijón pero con más problemas. Al lateral serbio le costaba llegar al último cuarto de campo y cuando lo hacía no poseía frescura para el último regate ni para el centro. Pese a ello, siempre es una opción en ataque por la profundidad que busca en el costado derecho.

Mikel Balenziaga: Más defensivo que Rukavina y más trabajador en tareas defensivas. Intentó controlar mucho la velocidad de Balboa y no le dejó muchos momentos libres. El objetivo defensivo con el extremo español le hizo estar menos activo en ataque. Cuando llegó al área portuguesa su objetivo era claro, buscar a Javi Guerra. Centros a primero y segundo palo que la altura portuguesa eliminaba.

Marc Valiente: Mínimos problemas al juego directo de Beira Mar y grandes acciones en la salida de balón. Los portugueses dejaban salir al Real Valladolid con la pelota controlada y eso favorecía el juego de combinación desde la primera línea. En el juego aéreo no tuvieron problemas, salvo en el aspecto ofensivo. El Pucela estuvo poco acertado en el remate a puerta.

Jesús Rueda: En el minuto 54 el Real Valladolid tenía la mejor opción de gol y era gracias al canterano. Jesús Rueda buscaba en una diagonal a Balenziaga en la banda izquierda. Todo salía perfecto y lo hacía porque el extremeño volvía a demostrar su buen trato de balón. Defensivamente, como Marc Valiente, no tuvo excesivos problemas. Tanto él como el catalán solventaron bien el juego directo de Beira-Mar y sus escasas entradas por bandas.

Álvaro Rubio: Impecable en la salida de balón. Elegante como siempre pero con falto de llegada. Su incursión ente centrales le borra de llegada de segunda línea y el equipo pierde un futbolista con un buen golpeo de balón. El equipo gana mucha salida desde atrás pero adolece de una mayor presencia en el área.

Víctor Pérez: Quizás el futbolista menos acertado de la primera hora. Estuvo trabajador y luchador en todo el partido pero le faltó acierto y frescura en los momentos decisivos. En el último pase estuvo desacertado y no pudo tener mucha llegada al área rival. Seguramente todo viene provocado por la acumulación de jugadores portugueses en la zona central del terreno de juego.

Patrick Ebert: El alemán tiene carácter y personalidad. En muchos momentos le puede jugar una mala pasada pero en la pretemporada está siendo todo lo contrario. La fuerza, la lucha y el sacrificio del jugador están gustando. Ante Beira-mar igual que ante el Sporting de Gijón. En ninguna fase del partido dudó en ir al suelo y luchar todos los balones. Esa garra que está mostrando gustará mucho al aficionado cuando comience la temporada regular.

Lolo Coronado: Ante el primer rival luso Lolo continuó con su actitud de descaro de Luarca. Fue en menor medida pero siempre protagonizando acciones individuales de gran nivel y muy interesantes. El paso de los minutos le hizo bajar la intensidad pero en los 30 primeros minutos fue de lo mejor del Pucela. El primer disparo del Real Valladolid fue suyo aunque desviado de la portería portuguesa.

Óscar González: Al salmantino le costó mucho el partido. La circulación lenta del Pucela en algunas fases del encuentro y el intercambio constante de posiciones entre los tres jugadores de arriba, le lastró. Cuando el ‘10’ pudo entrar en juego por el centro fue letal, como siempre. No tuvo piedad y, apoyándose en las bandas, tuvo mayor peligro que en muchas fases del encuentro. 

Javi Guerra: En la primera parte estuvo desaparecido. Al Real Valladolid le costaba mucho llegar al área de Beira-Mar y el malagueño no tuvo casi opciones de remate. En el cuarto de hora de la segunda parte se vio otro Guerra diferente. Remate, incisivo y objeto de faltas. El colegiado no señaló un penalti clarísimo sobre él que hubiera roto la igualada de los primero 60 minutos, como del partido entero.

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