Los suplentes pucelanos cayeron derrotados en Copa del Rey en un flojo partido blanquivioleta. Neira, Sastre, Bueno o Guerra reciben las críticas por su “indolencia” 

Como después de cualquier derrota, tras la eliminación copera, llega el tiempo de la reflexión y el análisis. En los próximos días el bochornoso partido del Real Valladolid en el Benito Villamarín estará presente y es el momento de analizar por qué se mostró tan poco nivel en la vuelta de los dieciseisavos de final. El argumento más utilizado pasa por acusar a los futbolistas de indolencia y poca ambición por ganarse un puesto en el once inicial. Lo cierto es que en ciertas fases del partido, los jugadores parecían empeñados en demostrar algunas decisiones del cuerpo técnico pero quizás es por aquí por donde puede estar el problema y surge la duda de si les faltaba motivación a esos jugadores. 

Esta segunda versión puede ganar más peso por las pruebas de hace un año. Durante la pasada campaña el Real Valladolid sobrepasaba el nivel del ridículo con una eliminación por 4-1 en Balaídos. Futbolistas como Carlos Peña o Álvaro Rubio, indiscutibles y básicos en el ascenso, disputaron ante los gallegos un partido flojo y sin esa “ambición” que se le acuña ahora a Juan Ángel Neira o Lluís Sastre. ¿Les faltó motivación a Peña o Rubio en aquella ronda de Copa del Rey? Es difícil saberlo pero, seguramente, su mal rendimiento aquel día tiene la misma justificación que el escaso nivel futbolístico de muchos en Sevilla. 

El 60% de un futbolista 

Un futbolista profesional debe poder asumir responsabilidad y saber cuándo se juega el puesto. Eso sí, dicha exigencia no exime para que en la primera oportunidad no esté a la altura y más si está rodeado de compañeros en la misma situación que él. No hay duda de que Sastre escoltado por Omar, Óscar o Ebert daría un mayor rendimiento que si compite con Baraja, Bueno o Javi Guerra, compañeros, que como él, adolecen actualmente de lo que se considera el 60% de un futbolista, la confianza. 

“Ese año del Alavés las metía hasta con el culo”, las palabras de Javi Moreno al recordar la temporada 2000/2001 reflejan lo que significa para un futbolista la confianza. Sin ella es imposible poder ver el 100% de un jugador ya que en ella está más de la mitad del rendimiento. Seguramente no hay que viajar hasta Ibiza para preguntarle al ex del Alavés, Real Zaragoza o Atlético de Madrid porque Manucho puede contestar y afirmar estos porcentajes. 

¿Es el actual angoleño el mismo de la temporada 2009/2010 o el de la pretemporada y la Copa Castilla y León con el Promesas? Rotundamente no. Tras el partido ante el Rayo Vallecano el ‘25’ dio un cambio radical. Rodeado de futbolistas asentados en el equipo como Omar Ramos o Víctor Pérez, Manucho recuperó un alto porcentaje de la ilusión y confianza que ya había empezado a ganar en los entrenamientos con el reparto de petos, un detalle al que un vestuario da importancia.

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