Sin fichajes para el centro del campo, Lluís Sastre se convierte en el sustituto oficial de Víctor Pérez. Tras perder el puesto en el Ciutat de Valencia, ante el Athletic volverá al once

Ni Fausto Rossi, ni José Campaña, ni Javier Hervás ni ninguno de los nombres que Alberto Marcos pudo tener durante el mes de enero sobre la mesa. Miroslav Djukic y el Real Valladolid se quedan sin la incorporación de un mediocentro en el mercado de invierno. Los blanquivioleta terminaran la temporada con el indiscutible Álvaro Rubio, el dudoso Lluís Sastre, el capitán Javier Baraja y el defenestrado Juan Ángel Neira. Cuatro futbolistas y cuatro opciones. Con ellos, el equipo luchará hasta final de temporada para conseguir los 15 puntos que restan para obtener el objetivo de la permanencia. 

Sobre Álvaro Rubio no existe ninguna duda. El gran rendimiento de esta temporada ha eliminado las dudas de campañas pasadas. Ahora vuelve a ser un fijo en el equipo. Sobre Javier Baraja, tampoco hay dudas. Se conocen sus virtudes y sus limitaciones pero se sabe que es básico para el equipo y el vestuario. Además, siempre que tiene una oportunidad la aprovecha con grandes partidos como el disputado ante el Real Zaragoza o golazos como el anotado en Valencia. 

Recelo 

La confianza y conocimiento sobre el ‘8’ y el ‘18’ no ocurre con los otros dos centrocampistas del equipo. Lluís Sastre y Juan Ángel Neira deben ganarse la confianza del público tras un mercado de fichajes que les ha sido beneficioso. El argentino lo va a tener más difícil. Las pocas oportunidades del cuerpo técnico y los escasos minutos disputados le hacen ser un futbolista sin confianza ni creencia en su juego. Algo, que en menor medida, le ocurre a Lluís Sastre. 

El futbolista mallorquín es un jugador de una técnica depurada. Posee un control del balón y una conducción exquisitas. Posee una salida de balón limpia y un conocimiento táctico exquisito. Las condiciones del ex del Huesca son muy buenas y más para el estilo de fútbol que propone este Real Valladolid. Si todo es tan positivo y el jugador posee estas condiciones, el aficionado se pregunta por qué su rendimiento no es el esperado. La respuesta debe ser buscada en un aspecto no futbolístico: la confianza. 

Desde que firmó por el Real Valladolid, Sastre se vio como un suplente, y poco podía hacer para cambiarlo. El peto verde le marcaba en el afán del cuerpo técnico por trabajar sobre un once. El mallorquín no entraba en ese equipo de trabajo y sus participaciones de pretemporada fueron junto a jugadores del filial y futbolistas en su misma situación de nerviosismo y confianza. De esta forma, su crecimiento ha sido lento y poco progresivo. En pocos encuentros se ha podido ver una evolución del futbolista que, ahora, sin fichajes y sin Víctor Pérez, debe ser una obligación. 

Su oportunidad 

La economía de guerra del Real Valladolid dejan una gran oportunidad para Lluís Sastre. Al canterano del Fútbol Club Barcelona le ha llegado el momento que soñaba. Una opción en la élite, con confianza de minutos y partidos y con la conciencia de que día a día se ganará ser titular y no aprovecharse de la lesión de un compañero. 

Si en los análisis previos al (no) fichaje de Fausto Rossi se apuntaba que al italiano le llegaba la oportunidad de su vida, ese regalo ha cambiado de dueño. La opción se ha quedado en Valladolid y en el propio vestuario pucelano. El destinatario es Lluís Sastre y la fecha, el próximo mes de febrero. En ese tiempo aquel jugador que en la Liga Adelante era señalado como uno de los mejores mediocentros del campeonato, no puede desaprovechar la oportunidad que le ha brindado el mercado de fichajes.
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