19 de enero de 2005, una fecha que hoy cumple siete años pero que aún perdura en el sentimiento blanquivioleta. Aquel día un equipo humilde, sin grandes nombres, se imponía al Real Madrid de los denominados “galácticos” en los octavos de final de la Copa del Rey.

El equipo entrenado por Sergio Kresic, que militaba en Segunda división, hacía bueno el tanto de Xavi Moré para validar el empate a cero que días atrás ambos equipos habían firmado en el estadio José Zorrilla. Lo sorprendente de la clasificación de los blanquivioleta no fue que se ganara a los canteranos merengues y a los jugadores de postín del Real Madrid, lo realmente llamativo es que todo vino precedido de una dolorosa derrota en liga ante el Córdoba, último clasificado, como local.

Siete años y ningún superviviente
Pese a la derrota tres días antes ante el equipo andaluz, en la disputa de la vigésima jornada, el cuerpo técnico blanquivioleta tenía todo muy claro. Kresic sabía el once que quería y lo puso a jugar en el estadio Santiago Bernabéu. Los suplentes pucelanos formaban un once del que sólo repetían cuatro titulares en relación a ese último partido. De esta forma Lledó formaba en la portería. Jonathan Martín, Rafa López, Mario Álvarez y Óscar Sánchez lo hacían en defensa. El doble pivote fue para Iván Zarandona y Julián Robles, el cual tuvo que abandonar el terreno de juego en el minuto 14 por lesión. Le sustituyó Iñaki Hurtado. La línea de tres medias puntas la formaron Xavi Moré, Sousa y Álvaro Antón para dejar a Roberto Losada como el hombre más adelantado.

11 futbolistas sin mucho nombre que asaltaron el Paseo de la Castellana. Aquel día, además de jugar los futbolistas menos habituales, también lo hicieron jóvenes de la cantera. Hasta un total de cuatro profesionales criados en los anexos formaron para eliminar a uno de los equipos con mayor presupuesto de futbol del momento. Lo hicieron con mucha ilusión y con el orgullo de sobreponerse tanto a la cantera blanca como a los galácticos.

Ante dos equipos madridistas
Si algo diferenció a un equipo y a otro, a lo largo de los 180 minutos que duró la eliminatoria, fue la creencia en lo que se hacía. Por un lado estaba Sergio Kresic que dispuso de un sistema de juego y una idea clara. El croata no quiso cambiar el estilo para el partido y confió en unos jugadores que le terminaron respondiendo. Por el contrario, en el otro banquillo, estaba Wanderlei Luxemburgo. El brasileño confió en unos jugadores al comienzo pero no ‘murió’ con ellos.

Cuando el entrenador blanco vio que a los madridistas les costaba hacerse con el rival dio entrada a los ‘galácticos’. En el descanso el Real Madrid se lavaba la cara al dar entrada a Ronaldo, Zidane y Raúl, que sustituían a tres canteranos (Jurado, Javi García y Portillo). Los cambios no amedrentaron al Real Valladolid que siguió haciendo su trabajo. Tal fue la labor de los pucelanos que estos ganaron la eliminatoria con la gente de peso en el terreno de juego. El tanto de Xavi Moré se produjo con Roberto Carlos, Paco Pavón, Albert Celades, Michael Owen y lo tres sustitutos del descanso en el terreno de juego, provocando mayor relevancia a una victoria que tenía claro síntoma de dedicatoria para Germán Hornos.