Hoy pasado un mes exacto desde que Carlos Suárez decidiera poner fin al periplo de Mendilibar en el Real Valladolid. Por ello es bueno hacer un resumen del paso del vasco por La linterna de Ángel Velasco y demostrar, por enésima, vez que no se le olvidará.

Desde que Mendilibar llegara al José Zorrilla en el verano de 2006 hasta que ha sido destituido en febrero de 2010, muchas han sido las noticias que se han publicado acerca del entrenador de Zaldívar aquí. El vasco llegó un 20 de julio, día en que fue presentado en la sala de prensa del Real Valladolid, un par de días antes Carlos Suárez hizo ‘oficial’ la contratación [VÍDEO]. Por aquel entonces nadie podía imaginar que la llegada de un entrenador humilde, que llegaba de un batacazo al no cumplir su sueño de entrenar, y triunfar, en el Athletic de Bilbao, iba a cambiar tanto las cosas de un club como el Real Valladolid.

Desde el primer día dotó al equipo de una personalidad y un estilo de juego únicos, unas características que harían del equipo blanquivioleta diferente en un estilo de juego determinado. Con él llegó la ilusión, llegó la idea de que se podía retornar a la Primera División. El ascenso se luchó, y se consiguió con personalidad. Un atributo muy necesitado en la avenida del mundial 82, y que Mendilibar y su ayudante, Toni Ruiz, consiguieron. Lo hicieron de tal manera, que pese a ser un equipo de la categoría de plata salía en los medios de comunicación nacionales con asiduidad. El Real Valladolid volvía a ser noticia. 

A los resultados había que sumarle el hecho de anunciar que el equipo no lanzaría la pelota fuera del terreno de juego cuando un jugador, del equipo que fuera, estuviese tendido en el césped. Se ganó adeptos y detractores pero todos hacían algo importante, hablar del Real Valladolid. Ya fuera bien o mal se hablaba del Real Valladolid por unas ideas, no sobre unos tristes resultados. Éramos noticia y lo hacíamos con nuestras ideas, la cuales dieron tan buenos resultados que muchos no sabían digerirlas.

Hablar del primer año de Mendilibar en Valladolid es hacerlo sobre todo de resultados. Es hablar de su imbatilidad durante más de una vuelta de campeonato - en concreto 29 partidos -, del ascenso más rápido de la historia, del récord de puntos (88)... Mendilibar marcó tendencia, y lo hizo no sólo entre compañeros de profesión, sino también entre una afición que el día en que se celebró el ascenso no coreaban el nombre de ningún jugador, coreaban el nombre del entrenador. Aquel día, aquel 29 de abril de 2007, se veía, se podía apreciar en la grada que el José Zorrilla tenía nuevo ídolo.

En Primera, como es normal, los datos disminuyeron, era difícil seguir esos registros, pero con todo y con eso el de Zaldívar fue cumpliendo poco a poco los objetivos. ¿Cómo poco a poco? Pues de una manera muy sencilla, instaurando la idea de que lo importante es marcarse objetivos diarios, semanales, pero nunca anuales. “El día a día será quién te marque el devenir del futuro, serán los partidos los que digan por lo que vas a luchar y no las ideas e ilusiones creadas por el equipo en su creación” estas palabras suyas siempre han marcado su filosofía de fútbol. Un estilo que ha dado muchas alegrías al aficionado, pero que a su vez les ha proporcionado algo más importante, el orgullo de sentirse blanquivioleta.

Dos años completos en Primera al frente del equipo y dos permanencias. [PERMANENCIA 2008] [PERMANENCIA 2009] Da igual como se consiguieran estas, ambas se consiguieron con el trabajo diario de un equipo que pese a tener unas de las plantillas más débiles de Primera y uno de los presupuestos más bajos, sino el que más, creía en su entrenador.

Mendilíbar ha roto todo los registros en Valladolid. Las nnotas del de Zaldívar han sido muchas. Se despidió de Pucela con más de 100 partidos en el banquillo violeta. En Marzo del año pasado, superó el registro de 108 encuentros y se convirtió en el entrenador de la historia blanquivioleta con mayor número de partidos consecutivos dirigidos. Pese a no querer atarse nunca a su sitio y querer ir año a año en sus merecidas renovaciones, los números aumentaban y aumentaban porque todos creían en él, en su proyecto y en sus ideas. Cuando digo todos es todos, tan sólo los celos y envidias de otros sectores del club pudieron con la que parecía una cabeza bien amueblada del presidente.

Desde La linterna de Ángel Velasco siempre hemos agradecido y alabado el trabajo del que consideramos mejor entrenador de la historia del club, con permiso de Vicente Cantatore. Lo hemos hecho de la forma en que hemos podido. Lo hemos hecho de una manera humilde, como nos ha enseñado Mendilibar. En este trabajo por agradecerle su labor no vamos a descansar y vamos a luchar por poder compartir algún que otro momento más con él, y de la misma forma compartirla con vosotros.